Garzón: «La corrida del Puerto ha sido sueño y pesadilla, pero es un honor decir que la afición está viva»

Orgulloso por la respuesta de la afición, no oculta su satisfacción: «Se han vendido las 5.300 entradas posibles con la mitad del aforo. Se agotaron diez días antes del festejo». Será el «No hay billetes» más real de esta «nueva normalidad». Este miércoles, la gente seguía llamando para buscar boletos. Imposible ya. Todo agotado. «Creo que se hubiese acabado el papel con el aforo completo».

Los toros de Juan Pedro Domecq pasaron el primer reconocimiento y aguardaban en chiqueros. Enrique Ponce, Morante de la Puebla y Pablo Aguado componen el cartel de la expectación. Y de cierta polémica por el asunto televisivo: los dos primeros dijeron sí a la tele, pero el último dijo no, algo que convirtió las redes en el muro de los lamentos por no poder verse, en una temporada tan especial y con el aforo reducido, la corrida por la tele. A favor y en contra. De todo.

A la entrada de la plaza, el azulejo a Joselito , su inmortal frase: «Quien no ha visto toros en El Puerto no sabe lo que es un día de toros». Y el día grande llega este jueves.

Veinticuatro horas antes -y muchas horas antes-, Garzón y su equipo ultimaban mucho más que detalles. El año del Covid conlleva medidas impensables en otro tiempo. Un grupo de azafatas coloca pegatinas en los tendidos. Se señalizan aquellas en las que los espectadores no podrán sentarse. A modo de «¡peligro, peligro!». Son las cinco y pico de la tarde y el sol golpea con fuerza. No importa.

Recorremos la plaza, viajamos al corazón de un escenario que cumple 140 años. Una vida de glorias que no podía quedarse en tal efeméride sin celebración. Como el centenario joselitista. Pese a los sacrificios. La mujer del empresario, Natalia, los conoce bien. «José María no ha parado de trabajar en pleno confinamiento», comenta. Ella ha sido su apoyo, junto a sus hombres de confianza, como Paco Izquierdo, pendiente del protocolo de seguridad.

Unas cintas amarillas y negras , con más de un metro de por medio, advierten de que se mantengan las distancias a la entrada (y la salida). Hasta en los baños de los caballeros se han colocado unas cintas en forma de aspa: uno sí, uno no... No todos los inodoros pueden usarse. «Hay que guardar las distancias hasta para mear», comenta un empleado.

Se ha tenido en cuenta hasta el último detalle: casi 200 personas trabajarán esta tarde/noche del jueves para velar por la seguridad de todos. Se medirá la temperatura y habrá una carpa con personal sanitario para realizar test en caso de que alguien dé una temperatura elevada.

Varios carteles recuerdan el uso obligatorio de la mascarilla . Y se apela a la responsabilidad de cada cual.

El sueño de esta tarde/noche de verano llegará a las ocho en punto. Dos horas antes se abrirán las puertas. Antes del sueño, no han sido pocas las pesadillas. «Ha sido una mezcla d e sueño y pesadilla , sí. Pero es un honor decir que la afición está viva, que la Fiesta es una afición de masas, una tradición de España. Este jueves es un día muy importante para el toreo», remata Garzón.