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La frase inmortal que catapultó a El Cordobés: «O te compro una casa, o llevarás luto por mí»

Manuel Benítez, un auténtico fenómeno social que traspasó las fronteras taurinas, sopla este lunes las velas de su 84 cumpleaños

Manuel Benítez «El Cordobés» Rafael Carmona

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Ningún torero ha tenido tan arrolladora personalidad como Manuel Benítez «El Cordobés» . A su inconfudible sello se unió la campaña que le hizo Rafael Sánchez «El Pipo» . Un tándem sin parangón: la pasión se desbordó entre los públicos, convirtiéndose en un fenómeno social que traspasaba las fronteras taurinas. El antiguo vendedor de mariscos apostó por el tremendo valor de su poderdante, el torero que aprendía a morir cada tarde , y supo crear un personaje con tirón en la calle y en los ruedos. A uno y otro lado, la prensa y el pueblo cantaban sus triunfos y sus bondades, como el día en que en pleno centro de Barcelona tiró billetes de cien pesetas por un balcón a la gente o sus jornadas repartiendo jamón a los maletillas o paella en los asilos.

Mayo del 64 fue un momento crucial. Un día 20, para ser exactos, logró paralizar España . Todo el país pendiente en televisión de un acontecimiento que provocó una auténtica convulsión social. Era la tarde de su confirmación de alternativa en Madrid, y a la vez su presentación, pues no había actuado como novillero. La Monumental, totalmente abarrotada, parecía una casa de apuestas : «Va a arrollar», aseveraban sus partidarios; «se va a estrellar», opinaban sus detractores. «Impulsivo» , de Benítez Cubero, fue el toro de la ceremonia, de manos de Pedrés y en presencia del Palmeño.

Sólo había dos caminos : el de la Puerta Grande o el de la enfermería. Y tocó la cornada, inmortalizada en la portada de ABC , que dio la vuelta al mundo. En la memoria, el lema de Dominique Lapierre y Larry Collins: «O llevarás luto por mí» . Así se lo dijo a su hermana Angelita, en ese afán de sacar a su familia de la pobreza: «O te compro una casa o llevarás luto por mí». O el triunfo o la muerte del torero que protaganizaría «Aprendiendo a morir».

Aunque no pudo matar al toro por el percance, fue premiado con una oreja , algo que sólo había logrado (ocho años antes) Juan Posada. Una vez recuperado, El Cordobés reapareció en la Corrida de Beneficencia de ese año (1964): fue su primera salida a hombros. Al año siguiente, toreó los 31 días de agosto.

El famoso kilo

Tantísimo tirón popular tenía que Manuel Benítez acabó siendo el primer torero en cobrar un millón de pesetas , «el famoso kilo» del Cordobés. Se lo pagó en La Maestranza Diodoro Canorea . Era el torero que revolucionaba a las masas, con tantísimo poder en taquilla que cuando dijo que se retiraba, los principales empresarios de la época, como Balañá, Stuyck o el citado Canorea, intentaron convencerle para que cambiara de opinión. Lo meditó con la almohada y ese 1967 acabó toreando más de cien corridas .

Huérfano y con una dura infancia, el V Califa del Toreo, medalla de Bellas Artes, había nacido en Palma del Río el 4 de mayo de 1936. Forjado en capeas, la luna fue testigo de sus primeros muletazos. No fue fácil llegar a Las Ventas, ruedo que pisó por vez primera en 1957 cuando saltó de espontáneo. En aquella época, trabajaba de albañil. Comentó a sus compañeros que quería ser torero, a lo que estos respondieron: «¡Cómo vas a ser torero con esa cara tan fea que tienes, con esa cara de pueblo !», recordoba en el homenaje que se le tributó en Las Ventas en 2006. A lo que El Cordobés replicó con gracia: «¡Pero qué tendrá que ver ser feo para ser torero, si yo no quiero que el toro se enamore de mí!»

El fenómeno que representaría la época de los Beatles y el Seiscientos se compró un traje a plazos y se tiró a la arena. «Un toro de Escudero Calvo me pegó un revolcón y, para colmo, me metieron en la cárcel». Decidió buscar fortuna en Francia, «pero cuando estaba en la cola de la inmigración y quedábamos cuatro o cinco, dijeron que el cupo estaba completo. ¡Hasta para recoger la remolacha era desgraciado!», contó.

El Cordobés permaneció en España, con el único anhelo de ser figura y sacar de la miseria a su gente, tejiendo la historia del terremoto Manuel, el huracán Benítez , un torero imprevisible que este lunes sopla las velas de su 84 cumpleaños.

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