Lección magistral de Enrique Ponce en San Isidro

El testigo es Daniel Luque, que no logra mejorar su actuación anterior. El tercero es claudicante, andarín, incierto. El diestro sólo apunta algunos detalles de clase ante una res que acaba huyendo y se lastima en una mano. Abraham Neiro lidia bien al quinto, grandón, manejable. Brinda al público y se esfuerza pero la faena queda a mitad, con algunos muletazos buenos y otros, tropezados. Mata caído.

El toricantano es Román, un joven risueño, que siempre ha conectado fácilmente con los tendidos. En el primero, arriesga en gaoneras, comienza con estatuarios pero el toro se rompe la mano: ¡mala suerte! Muestra su actitud en un quite al quinto, que remata con una apurada larga de rodillas. En el último toro, encastado, que aprieta, saluda con los palos Raúl Martí. Román da la cara, aguanta con valor, transmite ilusión. La gente está con él. No acierta al matar.

El padrino es Enrique Ponce, la gran figura actual. Los datos de su carrera son únicos; también lo es que, a estas alturas, no se advierta en él el menor declive físico ni de ánimo. Le toca un buen toro, el segundo, y realiza una faena literalmente extraordinaria: juega bien los brazos en las verónicas. Los doblones iniciales, rodilla en tierra, ya levantan un clamor. Enseguida, encandila a la gente con su estética natural, suave. Con cabeza, va midiendo y ligando. Los derechazos tienen un empaque regio (como la faena de Ordóñez que cantó Corrochano). Baja el toro un poco por la izquierda pero lo resuelve con torería. Todavía cita de frente y se adorna con ayudados por bajo. Mi vecino sentencia: «¡Esto es torear!» Como tantas veces, la espada le priva de los trofeos (las dos orejas eran seguras). Devueltos dos toros, el sobrero de Valdefresno es descaradísimo de pitones (no dirán que elige, con comodidad). Además, se frena a mitad, no tiene ningún recorrido. Con paciencia, técnica y valor, lo va metiendo en la muleta, hasta que se le queda debajo dos veces. Escucho a un profesional: «A un toro así, demasiados pases le ha dado». No ha cortado orejas pero nos deja la emoción estética de haber presenciado una faena extraordinaria; en el recuerdo, la seguiremos paladeando.

Postdata. Cabe aplicar a Ponce los versos que dedicó su paisano Rafael Duyos a Manuel Granero: «Capitán de los naranjos,/ rey de las músicas suaves,/ toda Valencia quedó/ prendida en tu breve talle/ cuando, por ruedos de Iberia,/ tu Valencia presentaste,/ hecha mayo siempre en flor/ en tu capote fragante. Valencia tiene un torero/ como no lo tiene nadie». Y cabe adaptarle los que escribió para otro torero de la tierra, el primer Vicente Barrera: «Luminoso y persuasivo,/ dominador de la fiera,/ “Velluter” (terciopelero) de la alegría/, traca de la maestría./ Así es Enrique Ponce,/ un torero de bandera». Para Ponce, también, «los ángeles tocan palmas».

Sexto toro

A las nueve y 22 minutos sale el sexto toro de la tarde/noche. Cubilón es su bautizo, negro, de 590 kilos. Tiene cualidades este encastado y exigente ejemplar, muy bien banderillleado por Raúl Martí. Le da distancia Román, muy dispuesto con el toro, asentado y sabiendo lo que se juega. Dos poncinas en homenaje a su padrino, con un buen pase de pecho. Pincha y pierde la posible oreja. Dos pinchazos y estocada que hace guardia. Aviso. Ovación de despedida.

Quinto toro

Precioso el saludo a la verónica de Daniel Luque al quinto, con tres medias de mucho gusto y despaciosidad, Cantino, negro bragado, de 591 kilos. Fenomenal en el capote está el de Gerena. Quita por alto Román y remata con una larga con apuros. Replica despacioso Luque, con una buena media. El sevillano brinda al público e intenta dar forma a la faena, pero el toro apenas transmite. Logra enjaretar una buena serie a derechas. Muy por encima del toro el torero, que templa también al embestida a izquierdas en muletazos ovacionados. Pero alarga demasiado. Pinchazo y estocada caída. Aviso. Silencio.

Cuarto tris

Asoma el segundo sobrero, de Valdefresno. Pituso se llama y es un cinqueño con pavorosos pitones que apuntan al cielo. Valentísimo Ponce, le busca las vueltas al mulo y saca meritorios muletazos a base de técnica y paciencia, hasta rematar dándole la lidia adecuada, de pitón a pitón, con un desplante a la antigua. Estocada desprendida. Aviso. Saludos.

Cuarto bis

El sobrero ya está en la arena. Se llama Pitillito, es negro bragado, de 568 kilos. El toro humilla pero flojea. Antes de varas, el presidente no duda y enseña el pañuelo verde. Va a salir un sobrero de Valdefresno.

Cuarto toro

Sale Bibalero, negro bragado, de 548 kilos. Blandea mucho y asoma el pañuelo verde. Va a salir un sobrero del hierro titular.

Tercer toro

Cubanoso se llama el tercero, negro bragado, de 560 kilos. Daniel Luque brinda al viejo Rey: «Es un honor que usted esté en una corrida tan importante para mí. Gracias por apoyar la Fiesta». El toro apunta cositas, pero blandea y parece lesionado de una mano. La faena queda en nada. Pinchazo y estocada. Silencio.

Segundo toro

Sale Malaguito, negro, de 618 kilos. Enrique Ponce, en su reencuentro con Las Ventas tras un año de ausencia, lo recibe con la decisión de un novillero y la sapiencia del maestro que es. Surgen las ovaciones. Derriba el toro del Puerto al picador. Ponce brinda a Don Juan Carlos: «Majestad, siempre es un honor poder brindarle un toro. Con su presencia engrandece nuestra Fiesta. ¡Va por usted y por España!» El principio es prodigioso, doblándose con el toro. Máximo temple del maestro de Chiva sobre la derecha, midiendo tiempos y distancias al noble ejemplar. Molesta el viento y el torero busca la vueltas con inteligencia y torería. Si por la derecha encandila, por el zurdo también brotan los oles, aunque el pitón diestro sea mejor. Un cambio de mano es soberbio. En redondo, abandonado, continúa el disfrute, con Madrid entregado. Los ayudados son maravilla pura. Y sigue a pies juntos hasta el punto de que le suena un aviso antes de entrar a matar. ¡Lástima que pinche! El acero le priva de un premio grande, porque, dada la entrega de la afición, le hubiesen pedido las dos. Pinchazo, estocada y dos descabellos. Saludos tras una gran ovación. Ovación al toro.

Primer toro

Sale Relicario, número 142, negro, de 561 kilos. Apunta condiciones desde el inicio. El confirmante Román brinda a Don Juan Carlos: "Majestad, es un honor muy grande brindarle la muerte del toro más importante de mi vida". Mala suerte del joven valenciano, pues al segundo muletazo se parte la mano. Buena estocada y descabello. Palmas.

Paseíllo

Con lleno aparente, hacen el paseíllo Enrique Ponce, de grana y oro, Daniel Luque, de verde botella y oro, y Román, de sangre de toro y oro.

Rey

Una tarde más, Don Juan Carlos muestra su apoyo y su afición a la Fiesta, acudiendo a San Isidro. Lo recibe en la plaza el empresario, Manuel Martínez Erice.

Ponce

Enrique Ponce cumple esta tarde su única cita en la feria isidril. El maestro de Chiva nos habla de Madrid, España y de la actualida de la Fiesta en una jugosa entrevista en la que se declara «primer animalista». [ Pincha aquí para leerla]

Sorteo

Esta mañana se sortearon seis toros del Puerto de San Lorenzo -de origen Atanasio-Lisardo-, cuyo peso medio es de 578 kilos.

Cartel

¡Buenas tardes! Bienvenidos a la décima cuarta corrida de la Feria de San Isidro. Se anuncian Enrique Ponce, padrino de la confirmación de alternativa del valenciano Román [así lo vive el confirmante] , en presencia de Daniel Luque.

Seis toros de El Puerto de San Lorenzo , de origen Atanasio-Lisardo, se van a lidiar en el décimo tercer festejo de la Feria de San Isidro 2016. Enrique Ponce, Daniel Luque y Román , que confirmará su alternativa, harán el paseíllo. El encierro tiene un peso medio de 578 kilos. El primer sobrero pertenece al hierro titular y el segundo llevará las cintas de Valdefresno.

Este es el orden de lidia :

1. Relicario, número 142, negro, de 561 kilos.

2. Malaguito, número 84, negro, de 618 kilos.

3. Cubanoso, número 47, negro bragado, de 560 kilos.

4. Bibalero, número 130, negro bragado, de 548 kilos.

5. Cantino, número 102, negro bragado, de 591 kilos.

6. cubilón, número 133, negro, de 590 kilos.