Feria de Fallas: los dos caminos de Roca Rey
El torero peruano sale por la puerta grande y El Fandi corta una oreja a la corrida de Cuvillo
ABC.ES , ABC.ES y ANDRÉS AMORÓS
Crónica
Primer cartel de «No hay billetes» , gran ambiente: Roca Rey corta una oreja a cada toro y sale en hombros; El Fandi, sólo una. La gran Falla de la Plaza del Ayuntamiento representa un cohete, sustentado sobre tres enormes escaleras: más de 40 ... metros de altura, más de 10.000 kilos de peso. Suponen muchos que tiene que ver con el reconocimiento de la Unesco pero discrepan al nombrarlo: torre, pirulí, antena… y otras cosas que prefiero omitir. Averiguo que es un proyecto no realizado de Calatrava. (¡De buena nos libramos!). Le sobraba razón a Morante cuando dijo, al recoger el Premio de ABC, que «lo moderno aburre». (También me entero, leyendo el periódico, de que «la misa no hace daño a nadie»: se disipan así mis dudas).
De los toros de Cuvillo repito lo de tantas tardes, son los que todos quieren: nobles pero muy flojos; facilitan el éxito pero también lo limitan. En banderillas, antes, nos preguntábamos: «¿Podrá con el toro?» Es decir: ¿dominará el diestro su fiereza? Ahora, la pregunta es otra: «¿Aguantará el toro?» Es decir: ¿se derrumbará, en la muleta? Así está la Fiesta…
El Fandi sigue ofreciendo su vistoso espectáculo, con entrega y facultades. En el primero, largas de rodillas y pares de la moviola: hacia atrás, corre él más que el toro, hacia delante. Pero el animal se queda corto y la faena se diluye. El cuarto es muy flojo pero muy noble: verónicas de rodillas, juguetea con el toro, que le permite muletazos más reposados de lo habitual, en otra faena interminable (suena el aviso antes de coger la espada). Mata con decisión: oreja.
Aunque aquí es muy querido, por alicantino y por su padre, Manzanares no tiene una tarde feliz. El segundo flojea mucho y tardea, carece de toda emoción. Algunos detalles son como versos sueltos de arte menor, sin la grandeza del endecasílabo. Devuelto por flojo el bonito sardo, se lidia como quinto un sobrero de Victoriano del Río, feote y algo brusco, con el que el diestro no acaba de confiarse. A los dos, los mata a la segunda, entrando de lejísimos: da tres pasos, antes de llegar al toro. Es donde él lo ve más claro, pero no es la forma clásica.
La atención se centra en Roca Rey , que reaparece, después del percance de Andújar. Fue la revelación de la pasada temporada pero sufrió demasiadas cogidas (como le pasaba, en otro tiempo, a José Tomás). Eso es bueno, como prueba de valor; no lo es, si supone temeridad o torpeza; sobre todo, si va unido a un repertorio «posmoderno», que prioriza los alardes (pases cambiados por la espalda, arrucinas, circulares invertidos) sobre las columnas del toreo clásico: la verónica, el natural y la estocada.
Arrogancia juvenil
El tercero se mueve, flaquea, sale de los muletazos gateando. Andrés conduce las embestidas, logra algún natural bueno; cuando el toro se para, le busca las vueltas (al toro y al público) con circulares invertidos. Estocada desprendida de efecto rápido: oreja y gritos de estilo futbolístico.
Cuida mucho al último, lo deja casi sin picar. Remata las saltilleras con una larga y, al ver que gusta, encadena tres más, que ponen al público de pie. En la muleta, hace todo para arrancar la otra oreja que necesita: muletazos cambiados, arrucina… Cuando el toro se para, «se monta encima». A toro parado, pinchazo y estocada: otra oreja, objetivo logrado. Tiene capacidad, valor frío y le funciona muy bien la cabeza: sabe improvisar, delante del toro. Con esas condiciones y su arrogancia juvenil, recuerdo los versos de «Los intereses creados»: «El triunfo es seguro. ¡Valor y adelante!/ ¿Quién podrá vencernos?...»
¿Soy clásico o moderno ?, podría preguntarse Roca Rey, imitando a Machado. Ha demostrado que sabe torear bien y que también sabe triunfar «como sea» (eso no es exclusivo de algunos políticos). A él toca decidir qué camino elige: el del cohete, que llega al cielo del arte, o el del alarde, que deja pasmado al personal.
Directo
Sexto toro
Sale el sexto, Novelero, de 544 kilos, colorado. De nuevo brota la conexión inmediata dsde el buen recibo con el capote. Se echa el capote a la espalda en el quite por saltilleras, que desata un clamor, sobre todo en el remate a una mano, a modo de naturales. La plaza se pone en pie. Roca brinda : «En estos momentos me acuerdo de mi país, que está sufriendo por esos desastres naturales, va por ellos». Comienza con los pases del péndulo y se inventa una arrucina que provoca una sonora ovación. Liga sobre la derecha, con un cambio de mano aguantando, sin inmutarse, el parón del toro, bueno pero que pierde motor rápido. Bárbaro el peruano. La muleta siempre puesta y el toque necesario, pero alarga en exceso. Pinchazo y estocada. Aviso. Oreja.
Quinto toro
Sale el quinto, un sardode 545 kilos, Berlanguillo de nombre. Flojo, es devuelto y sale un sobrero de Victoriano del Río, Barbazul, feote y muy montado. Manzanares no está a gusto con un toro incómdodo. Pinchazo y estocada. Silencio.
Cuarto toro
El Fandi da la bienvenida de rodillas al cuarto, Luminoso de nombre, , de 547 kilos. Otra vez coloca cuatro pares de banderillas, el último al violín. Muy dispuesto, comienza de rodillas. El toro, muy flojo, embiste luego despacio y el granadino saca alguna serie con temple y reposo. Pierde pie al final de faena, pero por suerte el noble toro no hace por él. Suena un aviso antes de entrar a matar. Lo caza de una estocada. Oreja.
Tercer toro
Sale el tercero de la tarde, Asustadizo, negro mulato, de 520 kilos. Ante la falta de transmisión de este toro, Roca Rey improvisa unas chicuelinas en el saludo para calentar el ambiente. El Fandi quita por navarras. Roca replica con el capote a la espalda. El peruano brinda al público. Tres estatuarios sin mover los pies de Roca. Faena con aplomo y valor, exprimiendo las embestidas de un toro medio, falto de casta y fuerzas pero manejable y humillador. Acaba en las cercanías, con circulares invertidos, conectando mucho con el público. Manoletinas antes de perfilarse para matar. Estocada desprendida. Oreja.
Segundo toro
Ya está en el ruedo el segundo, Manzanillo, número 2, colorado, de 530 kilos. Mete la cara en el capote de Manzanares , que se luce a la verónica. Apunta calidad, pero carece de fuerzas y pierde las manos en el quite de Roca Rey. Muletazos sueltos con belleza en un conjunto desigual por la deslucida condición del toro, que no permite la brillantez. Pinchazo y estocada entrando de muy lejos. Silencio. Pitos al toro.
Primer toro
Sale el primero, Licenciado, negro mulato, de 542 kilos. El Fandi sale a por todas: dos largas cambiadas, quite por zapopinas y cuatro pares de banderillas, tercio que no es fácil porque parece resbalar la arena. En el último, un dos en uno, sufre un derrote, pero aguanta hasta parar el toro. Brinda al público y echa las dos rodillas por tierra hasta rematar con un molinete y uno de pecho, pero la faena se diluye porque el toro se queda corto y a la defensiva. Estocada trasera. Silencio tras leve petición.
Paseíllo
Con lleno de No hay billetes, hacen el paseíllo El Fandi, de azul noche y oro; Manzanares, de rioja y oro, y Roca Rey, de sangre de toro y oro.
Padilla
Esta mañana llegaron buenas noticias desde Valencia. Juan José Padilla, que sufrió dos cornadas el domingo en las Fallas, ha sido dado de alta y ha anunciado que reaparecerá pasado mañana en el estreno de la Magdalena. [Declaraciones]
Cartel
¡Buenas tardes! Bienvenidos a la séptima corrida de la Feria de Fallas. Cartel de mucha expectación, con El Fandi, José María Manzanares y Andrés Roca Rey frente a toros de Núñez del Cuvillo. ¡Suerte para todos!
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