‘Cautivo’, el último toro que se ganó una segunda vida «con 20 novias»
El ejemplar de Santiago Domecq se recupera en ‘Garcisobaco’ de las heridas de guerra tras su brava pelea ante Roca Rey

Siguen abiertas las heridas del guerrero que peleó hasta el final y se ganó el indulto tras la petición unánime del público. Algeciras era hace una semana el coliseo que clamaba vida para ‘Cautivo’ . Nacido para morir, hoy rebosa la gloria de los ... elegidos: este bravo ejemplar de Santiago Domecq se recupera de los boquetes de puyazos y banderillas en ‘Garcisobaco’, donde cada rincón es una liturgia. El caballo, amarrado y con la montura puesta; el vaquero, a lomos de un potro, al paso y con el mosquero de oreja a oreja; los guardas, en su permanente vigía. Y un silencio estremecedor, solo roto por los cencerros de los bueyes , en las cercanías a ‘Cautivo’: «Está inquieto y no debe estresarse». La veterinaria mete tijeras y dedos para retirar las pieles muertas e introducir pastillas antibióticas . La primera cura se alargó horas en una larga madrugada, «con el toro caliente y mucha leña en lo alto», pero en la siguiente aguanta sin protestar en la manga.

Su evolución es positiva y, si todo sigue su curso, pronto abandonará el corral de la placita de tientas para disfrutar del campo, setecientas cincuenta hectáreas a todo confort. Un paraíso gaditano donde el toro es guardián de la más pura ecología. «Le esperan veinte novias. En noviembre estará con ellas y, en función de cómo dé, veremos si ampliamos el lote de vacas», cuenta el ganadero, orgulloso del animal criado, pero con la humildad de quien sabe que no hay tiempo para duermevelas en la divisa azul y blanca.
En un mes, a dos hermanos de camada les han perdonado la vida: ‘Faraón’, en Sanlúcar, y ‘Cautivo’, en Algeciras. «El de El Juli tuvo más clase y el de Roca Rey fue más fiero y encastado, con más movilidad y transmisión, tras un puyazo fuerte».
A pesar de la unanimidad en el tendido real , en el virtual no hay perdón sin polémica. «Para mí fue digno de esa recompensa –señala el ganadero–. El aficionado pagó y lo pidió, ya veré yo si me viene bien o no. Hay toros indultados que no los he echado a las vacas, y no pasa nada. En el caso de ‘Cautivo’, no hubo ningún aspaviento para forzarlo. A la plaza no hay que ir predispuesto a nada, sino con la mente abierta».

La búsqueda de Santiago Domecq Bohórquez , con 38 años al frente de una de las ganaderías más respetadas de este siglo, es la bravura, «entendida como un toro que llega hasta el final embistiendo y con máxima entrega, que cuando el torero lo apriete, responda».
No solo sus bravos se han crecido ante el castigo, también los propios ganaderos. Aunque se considera un afortunado, la crisis del Covid también le ha sacudido. «Me tengo que sentir dichoso, voy a lidiar las seis corridas previstas: me quedan Dax, Sevilla y Madrid. Dicho eso, con los medios aforos, los precios son a la mitad, por lo que económicamente todos lo estamos sufriendo. Hay ganaderos que no van a lidiar un solo pitón, y esos lo pasarán peor, mandando los animales al matadero». Y si las cuentas apenas salen hoy en los escenarios grandes, menos aún en el macelo: una ruina ganadera con tanto astado sobrante. «En una plaza importante, aunque ahora paguen la mitad , se cubren gastos, pero en las de segunda la cosa se complica. Ahí toca apretarse los machos. Somos hombres de campo desde generaciones y somos ahorrativos. Y eso que aquí tenemos la suerte de tirar de lo que da la tierra nueve meses».
«No hay nada más triste para un ganadero de lidia que enviar un toro al matadero»
No es barato alimentar tantas bocas y el pasado año se vio obligado a mandar «veintitantas reses al matadero, y algunos toros los toreamos en el campo». Sus ojos se nublan entonces: nada hay más doloroso para un criador de bravo que no ver luchar a sus animales en el ruedo. «Como ganadero –asegura– no hay nada más triste». Toros como ‘Hechicero’ no pudieron demostrar su casta ni pelear por esa segunda vida de la que gozaron los diez familiares indultados en esta divisa: ‘Aviador’, ‘Lenguasucia’, ‘Lebrero’, ‘Madrugador’, ‘Vivorillo’, ‘Quitahojas’, ‘Abandonado’, ‘Fantasía’ y ‘Faraón’, con el último ‘Cautivo’, que ha regresado al palacio de ‘Garcisobaco’ como un marajá junto a 216 vacas de vientre y 23 sementales.

La paz del guerrero que asoma en su fiero trapío contrasta con la preocupación de su criador. La incertidumbre es una afilada puntilla: «Cuando llegue la ansiada normalidad, no sabemos qué va a suceder, si la gente tendrá dinero para ir a los toros, si pasará factura el tiempo sin corridas. Estábamos con la inercia de ferias y fechas , y ahora se plantean muchas incógnitas. Los tiempos van cambiando y habrá que ver cuál es el número idóneo de festejos y qué días. Porque en las ferias lúdicas pasa una cosa, al menos en las del Sur: entre casetas y paseos de caballo, la gente no tiene tiempo material para disfrutar de todo. Por supuesto, hay que dar toros durante las ferias, pero también aprovechar la época de veraneo. Hay que tener imaginación».
«En el Gobierno hay una consigna antitaurina y de Iceta, con su historial, espero poco»
Hablamos de lo que cuesta colgar el ‘No hay billetes’ pese al gran ambiente de muchas tardes: «Se está rozando el cartel, lo que pasa es que los empresarios apenas tienen tiempo para organizar y promocionar. Algeciras, con una entrada extraordinaria, se la concedieron a Carmelo veinte días antes. Y ahora lo de El Puerto, con tan poco tiempo. Así es complicado. En algunos casos, la Administración no ha colaborado». ¿Y en el mundo rural ha sentido algún respaldo del Gobierno? «¿Del Gobierno nacional? ¡En absoluto! Como ganadero, cero; si me apura, ha hecho todo lo posible para que esto no funcione». Respecto a José Manuel Rodríguez Uribes dice que «no ha hecho nada, solo buenas palabras». Le preguntamos qué espera de Miquel Iceta, el nuevo ministro de Cultura: «Con su historial, no creo que haga mucho. Espero poco de él. Ojalá me equivoque. Yo le pediría que por lo menos no nos entorpeciera. Como cultura que somos, merecemos respeto y que nos ayude como a otros estamentos culturales. Pedimos los mismos derechos, porque obligaciones tenemos todas».
Cosecha del 65, echa la vista atrás y recuerda los tiempos en los que no existía esa politización del toreo de izquierda y derecha . «En los casi cuarenta años que llevo en la ganadería nunca había visto tantos ataques. Podemos está abiertamente en contra. Y sabemos que hay una consigna antitaurina del Gobierno. También hay que reconocer que otros sectores del PSOE, como Castilla-La Mancha y Extremadura, sí hacen algo por la Fiesta».

Mantenedores de una riqueza genética única, curiosamente son los ganaderos los más vapuleados: «La Fiesta se sostiene por un cúmulo de cosas; sin la materia prima que es el toro, no hay Fiesta, eso es inapelable. Yo no quiero merecimientos que no me corresponden ni ser intocable, pero mi tío Borja Domecq decía que el fin de la Fiesta sería la ausencia de toro . Y eso es muy serio. Deberíamos nivelar el mercado. Aquí ricos con la ganadería se han hecho tres; aquí hay mucha gente perdiendo dinero. El ganadero de por sí es un romántico». Una pasión heredada por sus hijos: Santi, Jaime, Carlos y Ana . «Son tremendamente aficionados. Tenemos un chat con el mayoral y los vaqueros. Todos somos una familia que participa de éxitos y fracasos».
«Vivimos una época de censura y nos atacan desde muchos frentes, como a Morante en Twitter»
Sin soltar las riendas de la tradición, defiende la tecnología: «Es una herramienta fundamental para la ganadería. En cuestiones de manejo, soy partidario de lo de siempre, todo a caballo, con bueyes y sus cencerros. La Fiesta está hiperviva y evoluciona, pero manteniendo los tres tercios y las tradiciones. No me gusta eso de encerrar los toros con un coche o de que los toreros vayan vestidos de cualquier manera a un tentadero. Claro que antes la gente iba con corbata y sombrero a los toros y ahora va en camiseta y ‘short’. Como dijo Ortega y Gasset, una plaza es un reflejo de la sociedad».
De Joselito a El Juli
Respecto a los encastes, «van pegando golpes de timón con las grandes figuras». Profundiza y va más allá: « Joselito pegó un golpe de timón al toro decimonónico y a la ganadería de Murube, hasta le pidió a Urquijo que la comprara para que no acabara en el matadero. De Manolete lo predilecto era lo del Marqués de Villamarta y hubo una explosión. El Cordobés dio el espaldarazo definitivo a Carlos Núñez. Y después Paco Ojeda al encaste Domecq. Y Paquirri. Lo ponen en el top. Ahora El Juli es un loco de Garcigrande, de la que soy acérrimo. Echa muchos toros buenos, como Victoriano del Río o Cuvillo. Por eso es lógico que las pidan y lidien mucho». ¿Y la suya? «Para tener una ganadería líder hay que tener una ganadería larga, y yo eso no puedo permitírmelo por mis otros trabajos. Me conformo con tener una ganadería buena, meter el cuello, que no es fácil, y dar espectáculo», comenta el propietario de un hierro admirado por ‘toristas’ y ‘toreristas’. «Mi máxima es que el toro propicie un espectáculo que llegue al tendido. Si la gente disfruta, volverá mañana. Esa frase de que el toro no moleste no sirve».
Para molestias, los del pajarraco de Twitter con Morante por colgar un vídeo de su faena a un toro de Santi Domecq: «El veto a un torero en plenitud es fruto de nuestros enemigos». Considera que nunca hemos sido menos libres: «Vivimos una época de censura . Ahora nos aprietan de modo descarado. Nos atacan desde muchos frentes y, como diré hasta la saciedad, debemos estar más cohesionados, sin contemplarnos tanto el ombligo. Se necesita una mirada más amplia». Una mirada con la libertad de ‘Cautivo’ , el último dios de la bravura que venció en la arena donde la sangre es de verdad.
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