Bailando con lobos entre toros bravos: «El que está en peligro de extinción es el ganadero»
El veto a la caza del lobo amenaza al mundo rural: «Estamos desesperados y absolutamente desprotegidos»
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónSuena la banda sonora del Oeste bravo , la del mugido del toro, la del lamento de los ganaderos. Silban las balas del ecologismo prohibicionista. El bramido de la guerra y el berreo en celo se mezclan con las espuelas de los caballos. De ... fondo se afila la sinfonía doliente de John Barry . Dos pitones imponentes asoman por una valla. No son las grandes llanuras recreadas por Kevin Costner, ni aúlla ‘Calcetines’, pero se vislumbran las sombras de las fauces. Bailando con lobos en ‘El Palomar’, la finca madrileña de Victoriano del Río, territorio de bravura , donde una manada ha acabado con la vida de varias reses de lidia.
Noticias relacionadas
Lobo: «Mamífero carnicero, semejante a un perro grande, pelaje de color oscuro, cabeza aguzada, orejas tiesas y cola larga con mucho pelo, salvaje, gregario y que ataca al ganado». Así lo define la RAE. Los hermanos Ricardo y Pablo del Río lo conocen de cerca: en el último fin de semana tres añojas y un macho amanecieron muertos , además de una quinta vaca herida. Los huesos rotos y las tripas fuera en una imagen que las redes más puritanas censurarían: la muerte se oculta como la realidad, como se tergiversa el cuento y ahora parece que es ' Caperucita ' la que acecha a uno de los animales «más dañinos para la cabaña». «Con los recién nacidos se atreven quizá menos porque las madres los defienden, pero esto es ya lo que nos faltaba...», comentan los ganaderos de lidia.
El lobo ha dado la última dentellada a la Fiesta. Sus leyes son estas: «No mata solo lo que se come, mata todo, porque su instinto es matar», afirma el técnico de la Real Federación Española de Caza, Juan Herrera . Y Del Río teme algo peor: «Cuando sientan que los humanos no son una amenaza y pierdan el miedo, en tres o cuatro años, el lobo acabará matando al hombre. Ahí tal vez se den cuenta de la insensatez cometida». Dicen las gentes del campo que enfundarse el terno de conservacionist a de la naturaleza es fácil desde un despacho. «No tienen ni idea, es la vuelta a la época de las cavernas». En una finca lindera en tierras de Guadalix de la Sierra, Daniel González Rubio, un joven ganadero de manso, muestra su desazón: «El otro día me mataron dos terneros y desde entonces las vacas están nerviosas, abortan del estrés, saben que el lobo anda por aquí. Estoy desesperado». Al anochecer y al alba afilan sus colmillos: «A esas horas se convierte en ese lubicán que se confunde con el perro, aunque su huella es inconfundible, como sus destrozos».
No hay datos oficiales actualizados, pero los ganaderos creen que en la Comunidad de Madrid habita más de una manada. El último censo es de 2012-2014, cuando en España se hablaba de una población de 2.400 lobos y la cifra de cazados en 2017 no superaba los 300. En 2016, los ataques al ganado alcanzaban los 5.000 y las bajas en las ganaderías sumaron un total de 10.479. Una ruina más para el drama que atraviesa el campo español. Con la reciente inclusión del lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, el mundo rural se siente «absolutamente desamparado». No es una batalla de izquierdas ni derechas, pero los ganaderos están en pie de guerra por «el brutal atropello y el abandono del Gobierno al mundo rural». Pedro Barato , presidente de Alianza Rural y Asaja Nacional, critica la postura de Teresa Ribera: «Los ganaderos quedan desprotegidos y abandonados a su suerte. El lobo no está en peligro de extinción, el que está en peligro de extinción es el ganadero, que a este paso tendrá que ser incluido en el catálogo de especies amenazadas».
En una jugosa tertulia en la casa de la divisa brava, el presidente de la Fundación Artemisan, José Luis López-Schümmer , hace hincapié en la salud del lobo ibérico: «No está amenazado, está en franca expansión. España cuenta con la segunda población de lobos de Europa». Con datos científicos, continúa: «Las zonas de mayor densidad son aquellas en las que el lobo se caza con más intensidad. Esta paradoja se reproduce en todos los países del mundo: cuando una especie se caza, tiene una valor económico que garantiza su supervivencia».
Ni ganaderos, ni cazadores, ni agricultores entienden «el despropósito» de eliminar al lobo como especie cinegética . «La caza es un elemento esencial para la conservación. No queremos ser populistas, pero si hay un delito medioambiental, los responsables tendrán que asumir responsabilidades», declara López-Schümmer. Continúa Barato: «Esta posición de Ribera responde a las demandas de los ecologistas más radicales , que quieren vivir de este conflicto. Supone un enfrentamiento entre el mundo rural y la ciudad». Y añade que «lo primero que debe hacer la ministra de Transición Ecológica es actualizar el censo oficial y no tomar decisiones arbitrarias». «La caza –subraya– es en muchos casos el único complemento a las rentas del mundo rural». Esta polémica ha suscitado ya «división de opiniones» entre Teresa Ribera y Luis Planas. «No queremos politizar, pero este Gobierno no ha hecho nada por el campo. Ya que se habla tanto de la España vaciada , que se preocupen de ella», subraya el presidente de Asaja. Curiosamente, el blindaje llega por el voto de aquellas comunidades que no conviven con lobos. La sentencia de Hobbes cobra vida en medio de tanta muerte: «El hombre es un lobo para el hombre».
La caza, como la tauromaquia, se ha convertido en un arma arrojadiza. Según el director de Bienestar Animal, Sergio García Torres , resulta que el lobo es el símbolo español. «Quieren secuestrar nuestra identidad, pero el símbolo por el que se nos conoce dentro y fuera de nuestras fronteras es el toro», afirma Ricardo del Río , directivo de la Unión de Criadores de Toros de Lidia. De manso o bravo, los ganaderos se sienten desolados «por el desprecio al campo». Daniel González , pendiente las 24 horas de sus vacas, sobrevive al duro golpe que el Covid, Filomena y el lobo han asestado a su explotación y ve «un futuro muy incierto; no sé si podré seguir o tendré que abandonar...»
Herederos de una tradición –«somos cultura y ecología», reivindican–, son los mantenedores de especies únicas y del lienzo de biodiversidad que son sus fincas. «Fincas que necesitan de la mano del hombre, porque si los ganaderos desaparecemos, este paisaje se perderá», afirma Del Río. Un tesoro con «un valor incalculable», aunque el animalismo que no distingue una tórtola de una perdiz quiera dominar desde el asfalto montes y dehesas. « Los lobos acabarán invadiendo la Castellana », dice el presidente de Artemisan. Y lamenta la manipulación que algunos hacen del mensaje de Félix Rodríguez de la Fuente . «Él sabía que la salvación del lobo era su catalogación como especie cinegética», apostilla Herrera.
Pues eso, que «el lobo viva donde pueda y donde deba, para que en las noches españolas no dejen nunca de escucharse los hermosos aullidos del lobo ». Y que el toro viva donde pueda y donde deba para que en las noches españolas no dejen nunca de escucharse sus hermosos bramidos.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete