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ABC Cultural

Antonio Ferrera, puro sentimiento en la Feria de Burgos

Pincha la mejor faena y Padilla sale a hombros con una descastada corrida de Sánchez Arjona

Antonio Ferrera se gusta en un derechazo Afp

ROSARIO PÉREZ

Si la manera más profunda de sentir es a través del sufrimiento, no sorprende el sentimiento que emanó de principio a fin en la faena de Antonio Ferrera , cosido a cornadas y conocedor de la parte más cruda de la Fiesta. Doliente fue ... también el brindis al cielo, en memoria de Iván Fandiño. Latía una sensibilidad especial en cada muletazo a «Heredero», que se movía y repetía, pese a defenderse por su justeza de fuerzas, tónica general de una corrida de Sánchez Arjona ayuna de casta y mansota , muy deslucida. El extremeño planteó una inteligente labor a este tercero, dándole las pausas y las distancias requereridas en un comienzo diestro, con cadencia, donde sobresalió un soberano pase de pecho. A izquierdas hubo exquisito temple y personal gusto, siempre sin atosigar al potable toro. Todo ligado y conjuntado, con cabeza y limpieza. Y sobre todo con sabor y torería de un Ferrera que se entretuvo luego en un redondo invertido y un desdén de categoría. Tan a gusto se encontraba, toreando para sí mismo, que, hasta cuando «Heredero» cantó la gallina, continuó la obra y quizá se pasó de metraje, lo que dificultó la suerte suprema, con el animal totalmente aculado en tablas. Pinchó, se esfumó el doble premio y, para colmo, se cortó con la espada en la mano derecha.

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