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La corrida del 69 aniversario de La México empezó el 5 de febrero y acabó el día 6

Castella pinchó una emocionante faena, en la que entendió perfecto al toro de regalo; El Payo y Saldívar cortaron una oreja con una magnífica entrada

La corrida del 69 aniversario de La México empezó el 5 de febrero y acabó el día 6 efe

guillermo leal

Todo comenzó el 5 de febrero. Y terminó el 6. La corrida del Aniversario 69 de la Plaza México estuvo a punto de irse a pique de no haber sido por la actitud de los toreros y la paciencia de un público que casi llena el numerado del coso de Insurgentes, pese a la noche gélida y al día hábil.

Pero todos querían disfrutar el triunfo y cuando las intenciones son buenas y sanas, al final hay recompensa. Así sucedió.

La corrida comenzó 20 minutos tarde pues el francés Sebastián Castella fue atrapado por un congestionamiento -allá le llaman atasco- y no pudo llegar a tiempo para iniciar el paseíllo en punto. Por ello cuando él y sus alternantes, El Payo y Saldívar, salieron al ruedo, les protestaron.

El Payo

Sin embargo Sebastián palió esa tardanza con una firmeza sorprendente ante su primero, un astado que arrollaba y que cuando el diestro galo le pudo, terminó rajándose. Una faena que le valió salir al tercio y que a la postre, cinco toros después había sido la única, pues el encierro de Barralva fue desastroso. Inciertos, deslucidos, peligrosos, en fin, toros para todo, menos para torear.

Toro de regalo

Castella, quien ha cambiado, quien es otro dentro y fuera del ruedo, no se iba a ir de la plaza sin triunfar y por ello anunció el regalo de un toro de Fernando de la Mora con el que Castella volvió a ser el torerazo que hace algún tiempo, cuando menos de La México, desapareció.

El trazo de sus muletazos, la finura de su temple y la sobriedad de una perfecta tauromaquia le permitieron realizar una faena digna de cualquier plaza y de todos los trofeos, lástima que pinchó y ello evitó el triunfo tras una faena con un buen toro, al que entendió perfecto y que por ello le permitió lucir muchísimo. No cortó orejas, pero el público le reconoció sacándolo al tercio y con su actitud, invitándolo a ser, sin duda, un infaltable la próxima Temporada Grande.

Arturo Saldívar

Tras el regalo de Sebastián vino una faena de contundencia, valor y profundo respeto a cargo de Arturo Saldívar. Le puso el pecho a su segundo enemigo, éste de La Joya, que aunque no fue bueno, al lado de los de Barralva resultó halagador.

En el sitio del triunfo

Saldívar toreaba por vez primera un 5 de febrero. Sabedor de lo que quiere hacer en España, de que quiere mandar en el toreo, se puso donde sólo se ponen los que quieren triunfar y lo consiguió cortando una merecida oreja, a la postre la única de la lidia ordinaria. El sábado en España, de la mano de Juan Ruiz hijo comienza su campaña europea y va a arrear.

Sólo faltaba por triunfar El Payo y lo hizo con el de regalo, un emotivo, bravo y buen toro de La Joya, con el que el queretano consiguió una faena emocionante, en la que eslabonó muletazos de temple, de madurez y mucha profundidad. Ya eran los primeros minutos del 6 de febrero y Payo fue capaz de mantener el interés y extraer la emoción de los miles de aficionados, que, pese a cuatro largas horas y un frío invernal, se quedaron para ver el final de un Aniversario. Pese a que la espada le falló al queretano, le concedieron una oreja.

Sí, un final feliz, una celebración que estuvo a punto de no serlo. Hoy La México, la plaza más grande del mundo, comienza ya a vivir sus 70 años.

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