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Oreja para Ponce y Fandiño en Las Colombinas de Huelva

Talavante hace el mejor toreo pero pincha tras sus incendiarias declaraciones en Twitter

Oreja para Ponce y Fandiño en Las Colombinas de Huelva carlos núñez

lorena muñoz

Arrancó la Feria de las Colombinas, la número treinta desde la reinauguración de la plaza de la Merced. Alejandro Talavante, unas horas después de sus incendiarias declaraciones en Twitter en las que arremetió contra compañeros, empresarios y prensa, realizó, sin duda, el mejor toreo en lo que calificó el segundo tramo de su «temporada bélica» .

El extremeño estropeó con la espada la posibilidad de cortar los trofeos. En el tercero se lució en un quite por chicuelinas y firmó una faena muy compacta de buen toreo al natural. Se gustó en un cambio de mano de cartel, en las trincherillas y en los pases de pecho templados, recreándose en cada momento del muletazo. Impecable en su colocación, Talavante citó de frente y a pies juntos, con naturalidad en todo lo que hacía. El público, al que brindó la faena, lo ovacionó cuando el toro dobló las manos pero luego no lo hizo tras el arrastre. Saludó al sexto con buen aire en lances a pies juntos, rematados con media. Aunque el toro fue a menos, el torero, entregado en los medios, lo intentó todo. Se quedó quieto, aguantó parones e incluso toreó con temple al natural.

Enrique Ponce, que volvía a Huelva después de varios años ausente, consiguió cortar una oreja. Fue en el cuarto, en el que comenzó con doblones una labor que fue a más y en la que necesitó echar mano de la técnica y la experiencia. Metió al toro en la muleta y al público en la faena, que jaleó con fuerza algunos muletazos de mucha plasticidad. Remató con la zurda y una poncina una labor de largo metraje. El primero fue imposible.

Iván Fandiño cortó una oreja del segundo, con el que se lució en el recibo a la verónica, que abrochó con mucho gusto. El de la Dehesilla derribó al picador Bernal, que protagonizó un momento vibrante ya que volvió a montar al caballo con el astado fijado en el peto. El de Orduña hizo una faena algo desigual, con buenos momentos con la diestra, aprovechando el punto de casta que tuvo la embestida. Estuvo dispuesto y habilidoso y dejó algún natural estimable. Efectivo con los aceros, lo despachó con una buena estocada que le valió para cortar la primera oreja.

Con el quinto, que se desplazó bien de salida, estuvo templado a la verónica, pero llegó al tercio final con la cara a media altura. Fandiño aprovechó las dos primeras series pero, a medida que avanzó la faena, el de Pereda se quedó parado, sin querer pasar.

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