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'Yerma': esencia lorquiana entre visillos

Es difícil sorprender con una obra tan conocida, pero la 'Yerma' de Martel Bayod y Amat en el Teatre Lliure se representa de otra manera: su vocación intemporal no traiciona la esencia de García Lorca

Marta Hervás es una afilada 'Yerma' SILVIA POCH
Sergi Doria

Sergi Doria

Barcelona

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Después de haber vista unas cuantas adaptaciones de Federico García Lorca en las que el ruralismo y el andalucismo más tópico pesan como húmedas balas de heno, la 'Yerma' que dirige Juan Carlos Martel Bayod en una producción del Teatre Lliure aporta una mirada novedosa a la tragedia que el autor granadino engarzó en 1934 con 'Bodas de sangre' (1933) y 'La casa de Bernarda Alba' (1936).

Crítica de teatro

'Yerma'

  • Autor: Federico García Lorca.
  • Dirección: Juan Carlos Martel Bayod.
  • Espacio: Frederic Amat.
  • Música: Raül Refrée.
  • Intérpretes: Marta Hervás, Camila Viyuela, Joan Amargós, David Menéndez, Bárbara Mestanza, Isabel Rocatti, Yolanda Sey.
  • Lugar: Teatre Lliure de Montjuïc.

Para empezar, destacaremos el espacio escénico de Frederic Amat: un escenario que adquiere la forma de metafórico óvalo, bordeado por cortinajes que se desplazan para acentuar los microclimas entrevistos entre visillos: el público nunca llega a contemplar la acción en conjunto; la fragmenta ese cortinaje que filtra la luz y matiza de esta manera los estados de ánimo de una mujer prisionera de su frustración.

Una atmósfera arropada por las canciones que Raül Refree adereza musicalmente sin un ápice de folklorismo: el flamenquismo obra cual fuego amigo en el teatro de Lorca y esta versión de 'Yerma' ha evitado la (fácil) tentación de las guitarras.

Se escucha, al principio y al final de la obra, una «nana, nanita, nana», pero acompañada por sonidos de bastones, cuernos y cencerros para contextualizar una ambientación campesina, que podría situarse en cualquier rincón de España. Incluso en algún momento -la marioneta con cuerpo de niño que pasean las mujeres- la escena podría remitir a la estética valleinclanesca.

Marta Hervás es una afilada 'Yerma' que acrecienta el trauma de su infertilidad con inflexiones tonales que culminan en el desgarro gutural de la desesperanza. Su desasosiego nos ha recordado las encarnaciones lorquianas de Nuria Espert, desde que en 1973 protagonizó la transgresora versión de Víctor García. El reparto actúa bien conjuntado con Joan Amargós en el papel de Juan, ese marido más preocupado en contar ovejas y labrar campos que en poner su semilla en esa esposa a la que pretende confinar en su casa. Brilla también Isabel Rocatti como la vieja de extensa prole a la que Yerma pide consejo.

Es difícil sorprender con una obra tan conocida, pero la 'Yerma' de Martel Bayod y Amat se representa de otra manera: su vocación intemporal no traiciona la esencia de García Lorca.

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