'La vida breve' y 'Tejas verdes', dos mujeres en prisiones diferentes
El Teatro Real une en una misma producción las óperas de Manuel de Falla y Jesús Torres
El Teatro Real alumbra su mejor obra
Adiriana González y Ana Ibarra, en 'La vida breve'
El 11 de octubre de 1997, las notas que Manuel de Falla compuso para 'La vida breve' sonaron en la reinauguración del Teatro Real como teatro de ópera. El jueves próximo, veintisiete años y cuatro meses después, la tragedia de Salud, la gitana ... enamorada de Paco, el señorito, volverá al coliseo madrileño. Y si en aquella ocasión la velada se completó con otro título del compositor gaditano, el ballet 'El sombrero de tres picos', esta vez se hará con el estreno absoluto de 'Tejas verdes', una ópera de Jesús Torres basada en la obra teatral homónima de Fermín Cabal. La dirección musical es de Jordi Francés y la dirección de escena es de Rafael Villalobos. Adriana González, Eduardo Aladrén, Ana Ibarra, Rubén Amoretti, Gerardo Bullón, Natalia Labourdette, Alicia Amo y María Miró encabezan el reparto de ambas óperas, que cuentan con la coreografía de Estévez y Paños y la participación de la Orquesta y Coro titulares del Teatro Real. La producción, de la que se ofrecerán seis funciones hasta el 22 de febrero, cuenta con la colaboración de la artista Soledad Sevilla, dos de cuyos cuadros están presentes en la obra: 'Insomnios' y 'Leche y sangre'
Dos cárceles, una real -en la que está encerrada Coralina, la protagonista de 'Tejas verdes'- y otra social -en la que vive Salud en 'La vida breve'- son el nexo común entre ambos títulos, según explican sus responsables. «Las dos hablan de la privación de libertad -subraya Villalobos-, en un sentido literal en un caso y en un sentido filosófico en el otro. Todas las protagonistas son precisamente mujeres que cada una está dentro de una jaula; puede ser de oro o de hojalata». El director sevillano ha creado para unirlas, desvela, «una especie de hipertexto en el que las dos obras se relacionan y los personajes de una y otra toman posiciones dentro de la fábula de su ópera hermana creando una especie de díptico».
Del Albaicín a Chile
'Tejas verdes' transcurre en un centro de detención del Chile de Pinochet, al que Coralina ha sido llevada porque «es una pobre infeliz que se ha enamorado de un chico del que igual no se debería haber enamorado -explica Natalia Labourdette, su intérprete-. A ella la han delatado y la han detenido para que delate a su novio». Tambien Adriana González, que encarna a Salud en 'La vida breve', define a su personaje como «una chica bastante simple que viene de una familia muy humilde y vive en un contexto social que la encarcela y la obliga a vivir según los estereotipos sociales que se pueden esperar de ella». La dramaturgia de Rafael Villalobos presenta a Salud embarazada de Paco, el señorito. «Esto añade -sigue la soprano guatemalteca- una capa más profunda a su sufrimiento, a su entrega, al honor y la dignidad de esta mujer encerrada en una cárcel social». «Son dos mujeres -concluye el director de escena- cuyo único pecado ha sido enamorarse».
Confiesa Rafael Villalobos que ha sido 'Tejas verdes' la que ha inspirado la producción de 'La vida breve'. «A través de ese universo militarizado que presenta Fermín Cabal en su texto original me di cuenta de la genialidad de Manuel de Falla y por qué 'La vida breve' es la ópera española por antonomasia; no tiene que ver con el folclore o con el costumbrismo que nos presenta la partitura, sino con esa imagen del yunque y el martillo» (en la obra está muy presente una fragua: «Y pa' que disfruten otros, nosotros, siempre nosotros, lo tenemos que sudar», «malhaya quien nace yunque en vez de nacer martillo»).
El estreno de una nueva ópera siempre es un acontecimiento; es la segunda que ha compuesto Jesús Torres (Zaragoza, 1965) después de 'Tránsito', sobre un texto de Max Aub. El encargo del Teatro Real fue componer una ópera que dialogara en escena con 'La vida breve'. «Escénicamente están unidas -dice el compositor-, pero no se escuchará ninguna referencia directa en la música. Sí existe una atmósfera, un clima que, con independencia del estilo, gravita en torno a un color que nos recuerda lejanamente y que podemos identificar en la gestualidad que simula una guitarra o en alusiones a intervalos característicos, siempre en una reinterpretación personal». Está escrita, añade, para gran orquesta y doble coro, y siente como un honor estar al lado de Manuel de Falla. «Mi música está cercana a cierta gestualidad que podríamos considerar de la 'música hispáica'. Tenemos un pasado maravilloso; la identidad es tomar lo mejor que nos ha dado el arte en el pasado».