DANZA
Víctor Ullate sueña la mente
«Wonderland», en los teatros del Canal, habla sobre la locura
Víctor Ullate sueña la mente
Víctor Ullate es uno de los resistentes de la danza española, un «trabajador más», como él mismo se define. Nadie le puede negar su papel de agitador ni la importancia que ha tenido en el desarrollo de este arte en nuestro país en las ... últimas décadas. Ha dejado su impronta tanto en la Compañía Nacional de Danza (fue su primer director, cuando se llamaba entonces Ballet Nacional Clásico) y, desde hace algo más de veinte años, en su propia compañía, uno de los referentes de la danza española.
Es Ullate un creador incansable, y ahora trae a los teatros del Canal (donde tiene su sede) su nueva coreografía, «Wonderland» , estrenada hace unos meses en Valladolid. En ella el maestro aragonés ha recurrido a la música de Philip Glass para crear una pieza que nace de su propia experiencia y del amor por su hermana. Ullate viaja al mundo de las enfermedades mentales y sitúa la acción de su ballet en un psiquiátrico. «Me he quitado muchas cosas de encima con este ballet –confiesa–; de niño se me partía el alma cada vez que iba a uno de estos centros, luego ya se ve con otra perspectiva. Y ese mundo y esa gente que está allí (no se sabe si hay más locos dentro o fuera) es lo que me ha empujado a hacer esta coreografía».
«Tras mi enfermedad cree 'Samsara' y ahora tenía que hacer este ballet»
«Wonderland» (la tierra de los sueños) es la obra que, dice Ullate, tenía que contar ahora. «Igual que tras mi enfermedad cree «Samsara», en este momento tenía que hacer este ballet». Ha escrito el coreógrafo que «la mente es uno de los misterios más enigmáticos y que más tiempo tardaremos en comprender. Los científicos reconocen que nuestro desconocimiento se debe, en gran medida, a su gran complejidad». Y con «Wonderland» busca el coreógrafo atrapar con movimiento ese mundo complejo de personas con mentes aún más complejas.
«He querido plasmar, por un lado, la cara de ese mundo desconocido, a veces tan incomprendido, que está compuesto por los delirios de la mente –añade–. Ese mundo que tan a menudo nos atrevemos a ignorar y juzgar, dando por supuesto que nosotros somos los mentalmente correctos. Por otro lado, fluyen las reflexiones y emociones que he vivido gracias a una persona muy cercana y muy querida inmersa desde hace décadas en esta interesante realidad».
Minimalismo neuronal
Son veinticuatro los bailarines que participan en «Wonderland», una obra que le ha tenido muchas noches en vela mientras escuchaba la música de Philip Glass. Paco Azorín ha creado la iluminación –«he buscado la luz interior que emana de los propios personajes»–, Anna Güell firma el vestuario, donde, dice, predomina «el desorden estético, ajeno a las modas y tendencias actuales»; y Eduardo Lao, mano derecha de Ullate desde hace muchos años, ha trabajado codo con codo con él en la puesta en escena.
Para la compañía, reconoce Ullate, esta coreografía supone un antes y un después , ya que, dice, el trabajo expresivo ha sido mucho más intenso que en sus anteriores trabajos. No sabría definir el estilo de este trabajo: «Me he dejado llevar por la música y me he puesto a improvisar a partir de la creatividad». Las sensaciones han sido el motor de esta creación, donde los bailarines han afianzado primero la parte técnica para adentrarse después en un trabajo actoral que es una de las señas de identidad de «Wonderland».
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