Vicky Luengo: «La emoción del actor está sobrevalorada»
La intérprete encarna a una ambiciosa abogada en 'Prima facie', un monólogo que llega el 31 de agosto al Canal
Secreto desvelado: Vicky Luengo y Hovik Keuchkerian protagonizarán la serie 'Reina Roja'
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónA primera vista, Vicky Luengo aparenta tranquilidad. Su rostro se muestra relajado y hay en su conversación un tono calmo. Pasea por La Latina con pausa mientras asegura que el día anterior se lo pasó, enterito, leyendo en el sofá. A primera vista, Vicky Luengo ... , nacida en Palma de Mallorca, criada en Barcelona y actualmente residente en Madrid -«me encanta la ciudad en agosto, aunque con este calor...»-, no está nerviosa. Pero solo a primera vista... Porque lo está. Solo lo justo. Es lógico, porque la conversación se lleva a cabo cuatro días antes de que estrene en Avilés 'Prima facie', un desgarrador monólogo de Suzie Miller con versión y dirección del peruano Juan Carlos Fisher, y que tras su presentación asturiana llegará a los Teatros del Canal (del 31 de agosto al 17 de septiembre). 'Prima facie' (término del latín que significa 'A primera vista', y que es de uso frecuente en el mundo jurídico), estrenada en Sydney, Australia, en 2019, se ha convertido en uno de los grandes acontecimientos teatrales recientes sobre todo a raíz del estreno, el pasado año, de su producción londinense, exportada después a Nueva York. La función presenta a Tess, una joven, brillante y ambiciosa abogada especializada en la defensa de casos de abuso sexual a la que le cambia la vida de la noche a la mañana por una traumática violación.
«Es un monólogo muy exigente emocionalmente -se sincera Vicky Luengo-, y que exige un compromiso tanto con mi oficio como con las personas que han vivido experiencias similares... A veces siento que no lo puedo controlar, que es un monólogo que me arrolla, y tengo la sensación de que cada día sale algo diferente... Eso me inquieta. ¿Sabe cuando estás a punto de subirte a una montaña rusa y te preguntas qué haces allí, pero una vez arriba todo ese miedo se pasa? Con este monólogo tengo la misma sensación que cuando me bajo de una montaña rusa feliz y contenta de haberme subido.
¿Dudó en algún momento si aceptar un proyecto tan comprometido?
No. Después de interpretar 'Golem', la obra de Juan Mayorga, que físicamente fue para mí agotadora, tenía la intención de hacer cosas más 'light' en teatro. Pero Elvira, mi representante, me envió este texto. Empecé a leerlo; cuando llevaba la mitad empecé a leerlo en voz alta, y cuando terminé me eché a llorar. Así que dije que sí. Sentí que era algo que yo quería decir y que no podía perder la oportunidad de decirlo en un escenario.
A pesar del asunto que trata, las agresiones sexuales, no hay adoctrinamiento...
No, eso es lo que me gusta. Se trata de una mujer que vive una experiencia y la comparte con el espectador; comparte sus frustraciones, sus miedos, su rabia, su ira, su proceso mental... Pero no juzga ni le dice al espectador qué tiene que pensar.
«Se trata de una mujer que vive una experiencia y la comparte con el espectador; comparte sus frustraciones, sus miedos, su rabia, su ira, su proceso mental... Pero no juzga ni le dice al espectador qué tiene que pensar»
¿Qué ha sido lo más difícil del proceso?
Memorizar el texto. Me ha costado mucho, tiene 98 páginas. Creo que en la memorización estaba mi miedo; una vez empecé a ensayar se fue yendo. Ha sido un proceso bastante satisfactorio y bastante fácil. Juan Carlos es un director buenísimo; cuando me senté con él, le dije que quería saber si era buena gente, porque yo no podía hacer este monólogo con un director soberbio, con un director que vea el trabajo desde el grito. Tampoco quería hacer de esta obra exclusivamente un alegato, sino el relato de la experiencia vital de Tess. Juan Carlos es amorosísimo, es un director muy amable, muy inteligente, muy sensible. Y ha sido un trabajo muy fácil.
Por lo visto en el ensayo, no se subraya el dramatismo...
No, cuando viene la emoción o el drama es porque al personaje le supera, pero no porque alguien intente generarlos... Yo no quiero que la gente llore en la butaca, quiero que la gente piense. Siempre he pensado que la emoción del actor está sobrevalorada. Cuando cuento una historia, mi objetivo no es emocionarme yo; es que te emociones tú. Lo importante es que la historia llegue, no que yo me emocione, y para eso he de estar concentrada en contar la historia. Y si después aparecen la emoción, el drama, la risa, la ira... que sea a mi pesar, o incluso que me sorprenda a mí misma. Cada día es diferente porque cada día estoy distinta emocionalmente. Hay días que me da más rabia, otros que me da más pena...
Ha hablado de la dificultad de memorizar, ¿ha usado algún truco?
He memorizado el texto leyéndolo muchas veces; me he ido a andar por la montaña a decirlo en voz alta una y otra vez.
«Me dan a menudo personajes de mujeres muy ambiciosas, muy 'tiburones'en su trabajo; y eso siempre cae mal. Tess disfruta ganando casos, y eso provoca rechazo en mucha gente, quizás porque no estamos acostumbrados a ver una mujer actuando así»
Al principio, su personaje cae mal...
Me dan a menudo personajes de mujeres muy ambiciosas, muy 'tiburones'en su trabajo; y eso siempre cae mal. Tess disfruta ganando casos, y eso provoca rechazo en mucha gente, quizás porque no estamos acostumbrados a ver una mujer actuando así. Lo que me pasó a mí al leer el texto es que no entendía cómo esta mujer no veía todo el daño que generaba al defender así a supuestos agresores sexuales. Su discurso me generaba al principio un poco de rechazo, pero al trabajarlo, al hablar con abogados, me he dado cuenta de que tiene que ser así. En la democracia que tenemos, para que el sistema legal funcione cada uno tiene que desempeñar su papel. Y si no hay defensa, no hay sistema legal.
Los Teatros del Canal convierten su temporada en un festival continuo
Julio BravoEl espacio que dirige Blanca Li presentará casi un centenar de espectáculos, con la danza como gran protagonista
¿Es la función más intensa que ha hecho?
Creo que sí. Mire que he hecho cosas intensas... Pero en los pases que hemos hecho con gente antes del estreno he vivido cosas muy fuertes; personas que se han abrazado a mí llorando durante un minuto y me han dicho que a ellas les ha pasado lo mismo que a mi personaje, y que gracias por contar esta historia. Esto me ha conmovido profundamente. Me alegro de que esto pueda ayudar a sanar a gente. Es una función muy intensa por su exigencia emocional... Porque estoy sola en escena. No tengo objetos, nada en que apoyarme... Bueno, perdón, tengo el sonido de Luis Miguel Cobo, que me parece espectacular. El día que apareció en los ensayos, dije: ¡aleluya!, porque sentí que tenía un compañero, como si fuera un actor que me da la réplica... Pero volviendo a su pregunta, sí, es lo más exigente que he hecho nunca, tanto en teatro como en audiovisual. Es el mayor reto al que me he enfrentado.
«Cuando terminamos el primer pase completo de la obra, llegué a mi casa y dije, ¡Uf!, no estoy bien. Me temblaba la mano. Al día siguiente fui a ensayar y tenía como temblor, taquicardias... Como si hubiera pasado un susto muy grande. Y le dije a Juan Carlos que no podía ensayar»
¿Es usted de esas actrices a quienes los personajes empapan su vida privada?
Sí, por desgracia sí. Cuando terminamos el primer pase completo de la obra, llegué a mi casa y dije, ¡Uf!, no estoy bien. Me temblaba la mano. Al día siguiente fui a ensayar y tenía como temblor, taquicardias... Como si hubiera pasado un susto muy grande. Y le dije a Juan Carlos que no podía ensayar. Mi cuerpo estaba impactado como si me hubiera en realidad lo que a mi personaje. Es una cosa muy extraña. Y sí que lo noto; en la tensión, en las pesadillas... Estoy en una especie de estado de alerta que me acompaña durante todo el día. Hay algo físico que me ocurre también; me he dado cuenta de que en la parte del final de la obra, sin querer, estoy cerrando la cadera; haciendo fuerza para cerrar las piernas. No me ha pasado en ninguna obra de teatro. Siento que alguien ha invadido una parte de mi cuerpo y se tensa. Siempre lo he dicho: el cuerpo no sabe que soy actriz. Y si le expones a ese nivel de locura emocional, de intensidad y de miedo... Yo me genero ansiedad; en la obra se me duermen las manos de la ansiedad. Siento que lo que le está pasando es de verdad. Pero creo que no hay nada más bonito en el teatro que ver algo de verdad. Mi compromiso con esta función es que la función pase por delante de mí. Puedo estar preocupada por si estoy bien como actriz; todos los actores queremos gustar, y quien diga que no, miente. Pero para cuando me venga ese pensamiento, llevo un objeto, que es importante desde un punto de vista emocional, y en el que he colocado a todas las mujeres de mi vida que han pasado por esto; y cada día que pienso: ¡Ay!, ¿lo voy a hacer bien?, me lo quito, porque ese no es el foco. El foco es que la historia llegue; estoy haciendo esta obra por todas esas personas a las que le ha ocurrido lo mismo que al personaje, no por mí como actriz. Y eso me está ayudando a quitarme importancia, y a intentar ser un canal para contar la historia y no tanto para lucirme como actriz. No me he sentido tan expuesta nunca; no ya como intérprete, sino como Vicky. Me siento muy expuesta. Siento expuesta a mi madre, siento expuesta mi vida personal... He entregado lo que tengo y mis vivencias, es lo mínimo que podía hacer.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete