'Turisme rural', el método Galcerán
Crítica de teatro
La comedia pone a unos personajes en una situación límite de la que no pueden escapar y que les empuja a revelar las pulsiones más íntimas y antipatías sociales
Jordi Galcerán convierte a dos etarras en personajes de comedia
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónCrítica de teatro
'Turisme rural'
- Autor Jordi Galcerán
- Dirección Sergi Belbel
- Escenografía Max Glaenzel
- Vestuario Nídia Tusal
- Iluminación Kiko Planas
- Espacio sonoro Jordi Bonet
- Intérpretes Mireia Portas, Ivan Labanda, Anna Güell, Lluís Villanueva, Joel Cojal
- Lugar Teatro Borràs, Barcelona
Desde el aldabonazo de 'El método Grönholm', y de eso hace ya más de veinte años, Jordi Galcerán (Barcelona, 1964) ha revalidado el aplauso de la crítica y el público con piezas como 'Burundanga', 'El crédito' o 'FitzRoy'. Su nueva entrega, 'Turisme rural' ... , reedita el método Galcerán: poner a unos personajes en una situación límite de la que no pueden escapar y que les empuja a revelar las pulsiones más íntimas y antipatías sociales.
Si en 'FitzRoy' el autor barcelonés dejaba varadas a cuatro escaladoras a media ascensión de un pico helado de la Patagonia sur, en 'Turisme rural' es una pareja en plena sazón erótica la que se mete en una casa habitada por unos inquietantes personajes de los que va a ser muy difícil deshacerse. Lo que comienza como un fin de semana romántico en un remoto paraje de la geografía catalana acaba convirtiéndose en una sucursal de la matanza de Texas.
Galcerán parodia el género 'gore' y el director, Sergi Belbel, acentúa ese propósito con una mirada que oscila entre el verismo escénico y las atmósferas paranormales gracias a la escenografía de Max Glaenzel y la iluminación de Kiko Planas. Los siniestros anfitriones –convincentes Anna Güell y Lluís Villanueva– consiguen meter miedo a unos protagonistas que encarnan con acierto cómico Mireia Portas –conocida por sus imitaciones televisivas– e Ivan Labanda.
'Turisme rural' juega con los sobresaltos, sonoros o lumínicos, de una historia terrorífica que se conjuga con la animosidad de la montaña a la ciudad; en este caso, de la Cataluña rural contra los turistas que llegan de Barcelona y que el agro identifica peyorativamente como 'camacos' ('que maco' es 'que bonito' en catalán) o 'pixapins' ('meapinos').
La pieza más exitosa de Jordi Galcerán
Carmen R. SantosEn 'Burundanga', el dramaturgo catalán se atrevió a tratar un asunto muy grave y sangriento, el terrorismo etarra, en clave de comedia
A la sátira sociológica de los regentes de la casa rural se añaden las actitudes y sentimientos de la pareja huésped: el amor que parecía tan sólido muestra sus grietas al verse sometido a los embates de la situación límite. Más allá de estas lecturas, en 'Turisme rural' se impone el efectismo 'terrorífico' al servicio de una comedia que busca, por encima de todo, el entretenimiento. Eso explica la respuesta masiva del público y la cotización comercial del método Galcerán.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete