Sube a escena 'Síbaris', la obra de teatro póstuma, y única, de Domingo Villar

Y un célebre escritor bloqueado es, precisamente, el protagonista de 'Síbaris', la única obra de teatro que escribió Domingo Villar, reconocido especialmente dentro del género negro y creador de un personaje, el inspector Leo Caldas, que transita a través de varias de sus novelas. «Domingo era un gran amante del teatro», dice Carlos Blanco, protagonista y coproductor de 'Sibaris', que acaba de llegar a los Teatros del Canal, en cuya Sala Negra estará hasta el día 27. El espectáculo, estrenado en Vigo, y en gallego, en septiembre del pasado año, está dirigido por Lois Blanco -hijo del actor-, que define la función como «una comedia burguesa a la antigua usanza», y el reparto se completa con Belén Constenla, Oswaldo Digón y Pablo Novoa. «Domingo la planteó como una obra para el gran público, para el teatro comercial, y espero que la obra siga su andadura en otros teatros y con un actor más comercial que yo». En una conversación de Whatsapp al poco de concluir el original, el autor quiso conocer la opinión de algunos amigos cercanos, a los que les dijo: «Yo sé que no es 'El jardín de los cerezos', pero quiero saber si alguien más que yo se la imagina representada. Si funciona (a priori) como comedia o si no tiene ni pizca de gracia. [...] Partiendo de que no tiene más ambición que la de regalar al público hora y pico de sonrisas».

«Siempre estuvo ahí su pasión por el teatro, desconocida para el público general, pero de sobra sabida por sus amistades y colegas, que compartían con él una afición a los escenarios que lo hacía no solo un asiduo espectador, sino también un apasionado conversador sobre las bambalinas y vicisitudes del teatro y su mundo fascinante», refrenda Inma López Silva en el prólogo de la edición de 'Síbaris' que ha realizado Siruela.

Ofelia Grande, directora de la editorial, desvela que conoció el texto (que Villar concluyó en junio de 2021) durante el vuelo en el que ella y el autor volvían de la Feria del Libro de Guadalajara (México). «Me habló de 'Síbaris' y me dijo si quería que me la leyera; le dije que sí y me la leyó entera».

Blanco era el actor en quien Villar pensaba para el personaje de Víctor Morel, trasunto del autor. Con él, y con Belén Constenla, hizo el novelista la primera lectura de la obra, en la que él mismo se reservó un papel. No era su intención quedarse ahí. «Él quería actuar en 'Síbaris'», dice el actor. «Le hacía tanta ilusión escribir la obra como actuar en ella -añade Ofelia Grande-; yo creo que todo lo hizo para poder actuar».

Domingo Villar estudió Historia en la Universidad de Santiago de Compostela, pero pronto se dedicó a la escritura como guionista en el cine y la televisión. Irrumpió en el mundo literario con 'Ojos de agua' (2006), en la que apareció por primera vez Leo Caldas, inspector de policía en una comisaría de Vigo. Volvería a hacerlo en 'La playa de los ahogados (2009) -llevada al cine por Gerardo Herrero en 2015, con Carmelo Gómez como protagonista- y en 'El último barco', el esperado regreso del inspector Caldas; la serie ha sido traducida a más de 15 idiomas. En mayo de 2022, con 51 años, murió a causa de un infarto cerebral en su ciudad natal. Tenía entre manos la escritura, según su editora, de una novela, ambientada en el mundo del surf y titulada -provisionalmente, tenía muy poco escrito- 'Olas de invierno'.

«La muerte se nos llevó a un autor maravilloso -dice Carlos Blanco- y a un dramaturgo novel con muchas virtudes y alguna que otra carencia. Pero apuntaba a dramaturgo enorme, sus diálogos son extraordinarios». El actor tenía el compromiso con el autor de poner en pie la obra -todavía en vida discutió mucho con él para ajustar el texto- y, tras su muerte, relata, consultó con la viuda de Villar, Beatriz Lozano, que le animó a seguir adelante. El periodista Toni Garrido, amigo de Villar y coproductor de la función, añade que los hijos del novelista han sido el motor de este espectáculo.

'Síbaris' presenta a Víctor Morell, «un artista excéntrico y sofisticado -le define Inma López Silva-, angustiado por la falta de inspiración y por el tedio que le causa la superficialidad de un espacio literario que ha sucumbido al poder alienante del dinero». Morell habla con su gato, Capone, y con el busto de un maniquí que adorna su salón, que llama Señora Simmons y a sobre cuya cabeza acumula, señala el autor en sus notas de producción, «media docena de sombreros de distintos colores y tamaños». «Los que vean 'Síbaris' verán a Domingo todo el rato», concluye Ofelia Grande.