Sara Baras: «La emoción ha hecho que me quede sin voz, pero nunca me han temblado las piernas»
La bailaora gaditana dedica a Paco de Lucía su próximo espectáculo, 'Vuela', que estrenará en el Teatro Real
Sara Baras alumbra Nueva York con su 'Alma' de flamenco y bolero

Era cuestión de tiempo que Sara Baras le dedicara un espectáculo a Paco de Lucía. «Le tengo tanta admiración y tanto respeto -dice la bailaora gaditana- que no encontraba la ocasión para hacerlo. Pero me encuentro en un momento de mi vida especial, ... y poder celebrar con él los veinticinco años de mi compañía me parecía algo muy bonito y emotivo».
Habla Sara Baras en el Salón Azul del Teatro Real, el escenario donde, el próximo 1 de febrero, estrenará 'Vuela', un «viaje coreográfico» con música de Keko Baldomero -«ha sido muy valiente, y ha hecho un trabajo maravilloso, espectacular», aplaude la bailaora-, a través de quince piezas señaladas cada una con una palabra que evoca al «maestro», como ella siempre llama a Paco de Lucía: madera, mar, muerte, volar... Después de Madrid, la gira le llevará a Jerez, Sevilla, Barcelona, Zaragoza, Pamplona, Murcia y Bilbao -ciudades confirmadas por el momento-.
La admiración y respeto que menciona la bailaora son dos sentimientos que se quedan pequeños cuando se comparan con el cariño que sentía por el guitarrista algecireño. «Me cuesta mucho separar la parte personal de la profesional -confiesa Sara Baras-. Tuve con él una relación muy especial, muy enriquecedora en todos los aspectos. De alguna manera, nuestras vidas se unieron en sus últimos años de vida, y su marcha fue para mí un golpe inesperado que de algún modo todavía no he superado».
«La emoción tiene su válvula de escape en el mismo baile... Tu cuerpo es el vehículo por el que sale, lo mismo que para Paco era su guitarra»
Paco de Lucía, dice la artista, le enseñó «valores importantísimos como la superación, el trabajo, la honestidad, la entrega... Y defender el flamenco como un arte grande. Paco fue el más grande en ese sentido. No el único; adoro a Antonio Gades, a Carmen Amaya, a Enrique Morente, a Camarón -que también está presente en el espectáculo-; todos ellos me han marcado mucho, pero Paco fue alguien muy especial para mí».
«Era también -Sara podría estar horas hablando de Paco de Lucía, y su voz tiernamente rugosa se endulza todavía más cuando le recuerda- un enamorado de su tierra, que es también la mía: de su mar, de su brisa, de su naturaleza... Una persona con un sentido del humor y una humildad bestiales, que le hicieron sentir respeto por todos los artistas de otras generaciones que luchaban por que nuestro arte esté donde se merece». Toma aire la bailaora y sigue: «Nunca tienes que olvidar de dónde vienes; te puedes hacer grande pero manteniendo la humildad; Paco tenía obsesión por aprender, por trabajar... ¿Sabe la cantidad de horas que le dedicaba a la guitarra, el esfuerzo técnico que había en su manera de tocar? -aparte de su talento, que era bestial-... Por eso nunca le pillamos fuera de juego y todo lo que hizo fue maravilloso. A mí me gusta pensar que esas enseñanzas se han quedado en mí. Miro hacia atrás y me siento orgullosa de no haber bajado la guardia en ningún momento».
«Los tropezones te ayudan y, sobre todo, te enseñan si sabes escuchar. Si lo haces, no solo sales más fuerte de ellos, sino que aprendes a tener más claridad en lo que quieres hacer»
Fue precisamente Paco de Lucía el que, con un recital en 1975, abrió las puertas del Teatro Real al flamenco. Hoy es un género totalmente asentado en ese escenario, en el que Sara Baras estrenará 'Vuelas'. No es la primera vez que actúa en el Real, pero sí la primera vez que estrena un espectáculo allí. «Todo me da miedo ahora -ríe la bailaora-, pero bueno, soy valiente... Impone mucho respeto, naturalmente, pero desde el principio queríamos que un espectáculo dedicado a Paco se estrenara aquí. Quizás sea la obra con la que me he encerrado más tiempo en el estudio; siempre, por hache o por be, ha habido carreras, pero esta vez no. Está muy trabajado, porque además se unen Paco, los veinticinco años de mi compañía, el Teatro Real, la Marca España... Siento tal responsabilidad que a veces duele, porque hay que estar ahí...».
Emocionalmente, 'Vuelas' es un nuevo reto para Sara Baras. «Vengo de hacer 'Alma', un homenaje a mi padre fallecido, y no podía irme a algo que no me hiciera tener los sentimientos a flor de piel. Por eso es un doble regalo poder darle una lectura nueva a todo lo que me ha pasado, a todo lo que he aprendido...». A los actores y a los cantantes un exceso de emoción les agarrota la garganta; ¿a los bailarines les agarrota las piernas? «No, la emoción tiene su válvula de escape en el mismo baile... Tu cuerpo es el vehículo por el que saln, lo mismo que para Paco era su guitarra. La emoción no ha hecho que me tiemblen las piernas; me he quedado afónica, me he quedado sin voz, pero nunca me han temblado las piernas. El día que murió mi padre tuve que bailar: las lágrimas se me escapaban, había momentos en los que, incluso, no podía estirarme del todo porque estaba sobrecogida... Pero no me temblaron las piernas, siempre estaban ahí».
Hablando de emociones... Sara Baras recuerda las que sintió hace veinticinco años, el 2 de abril de 1998, cuando sentada ante el Teatro Romea de Murcia, vio llegar el camión con la escenografía de su obra 'Sensaciones' y tomó conciencia de que nacía su propia compañía. ¿Tiene la sensación de que ha sido un suspiro o de que ha pasado un siglo? «Tengo la misma ilusión que entonces... O más. Me parece que fue ayer. Y sin embargo, han pasado tantas cosas, he tenido tantas oportunidades de aprender, ha habido tanta gente que me ha ayudado y que ha creído en mí desde el principio... Sobre todo agradezco la respuesta del público. Somos una compañía privada que se mantiene por el público, y no tengo palabras suficientes para agradecerle el apoyo constante».
En estos veinticinco años ha habido algunos tropezones. «Hay que pasarlos, porque te ayudan y, sobre todo, te enseñan si sabes escuchar. Si lo haces, no solo sales más fuerte de ellos, sino que aprendes a tener más claridad en lo que quieres hacer, en lo que quieres transmitir, en lo que quieres ser. Son los golpes los que más te enseñan».
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