'Retorno al hogar', un espejo delante del ser humano con dos cubitos de hielo

La misma productora ha decidido, casi treinta años después, volver al texto de Pinter; le ha confiado su dirección a uno de los grandes de la escena argentina, Daniel Veronese, que cuenta con un reparto que encabeza Miguel Rellán y completan Fran Perea, Silma López, Alfonso Lara, Juan Carlos Vellido y David Castillo. Tras su estreno en Avilés en septiembre pasado, la producción llegar ahora al Teatro Fernán Gómez, donde estará en cartel desde del 12 de enero al 5 de febrero. 'Retorno al hogar' es el retrato de una familia. La vuelta de Teddy, profesor en Estados Unidos, a la casa familiar en Londres para presentar a su mujer, Ruth, es el desencadenante de una tormenta con su padre, Max, carnicero retitrado; su tío, Sam, conductor; y sus hermanos Joey (boxeador) y Lenny (proxeneta).

«La familia es uno de los núcleos del teatro -dice Miguel Rellán-. La de 'Retorno al hogar' es una familia normal». «No siempre tiene que ser una balsa de aceite», asiente Fran Perea. «En todas las familias hay una zona oscura -sigue Rellán-. No es tan raro que haya un miembro del que nunca se habla...» «En esta obra, sin embargo, se habla; no se disimula», apostilla Perea. «Y ahí está el conflicto, en que no se callan», concluye Rellán.

Harold Pinter no es un autor fácil para el espectador, pero tampoco lo es para los actores. Sus diálogos y su narrativa poseen una lógica cóncava que encriptan a menudo sus textos. 'Retorno al hogar' no es una excepción. «Para un actor es tan interesante como complicado -reconoce Fran Perea-; el actor tiende, en el escenario, a tender una narrativa, un camino que seguir. Y Pinter te obliga a estar cambiándolo constantemente y sin venir a cuento. Te obliga a ser como un equilibrista, y sientes que te puedes caer de la cuerda en cualquier momento». «Lo que hace Pinter, un autor lleno de misterio, es poner un espejo delante del ser humano. Somos misteriosos, ángeles e hijos de puta a la vez; contradictorios, ambiguos... En Psicología se dice que los seres humanos somos de cuatro maneras: como creemos que somos, como nos gustaría ser, como nos ven los demás y como somos en realidad... Mezclas eso, le echas unos cubitos de hielo, y sale Pinter».

Silma López nunca había interpretado al premio Nobel británico. «Me ha resultado muy misterioso; es un autor que me deja más preguntas que respuestas, que me plantea dudas de cómo encarar mi trabajo como actriz porque es un texto en el que no puedo racionalizar, no puedo explicar de manera lógica por qué mi personaje hace lo que hace. En ese sentido, 'Retorno al hogar' me supone un reto y a mí los retos me encantan», se relame.

«Iremos descubriendo cosas conforme transcurran las representaciones -añade Miguel Rellán-. Ricardo Darín contaba que descubrió que estaba abordando erróneamente su personaje cuando llevaba 211 funciones ya... Durante las pruebas yo di la réplica a algunos chicos, y uno le dijo a Veronese: 'No entiendo bien esta escena; es más, no entiendo muchas cosas de la obra'. Y Veronese le contestó: 'Yo tampoco. Ya las iremos descubriendo'».

«¿Como generar la máxima tensión en una reunión familiar? –se pregunta Daniel Veronese, director de 'Retorno al hogar'– Pinter, como creador, parece saberlo y puede ofrecérnoslo». «En este hipnótico juego de posturas provocadoras –sigue el director argentino, habitual desde hace años en la escena española–, huye, sin dudarlo, de las convenciones y de la lógica para sumergirse en donde lo aparentemente incomprensible e inaceptable se transformará en moneda de uso corriente y en cotidianeidad». «La infidelidad, el abuso, el proxenetismo –y todo aquello que no soportamos bajo una lente convencional– nos son ofrecidos sin contemplaciones ni miramientos especiales», concluye Daniel Veronese.