¿Qué hacer cuando quedan 10 horas y 36 minutos para el fin del mundo?

Protagonista y director reconocen que han pensado qué harían ellos en las mismas circunstancias. «Es imposible no pensarlo haciendo esta función -dice Toni Acosta-. Yo me iría a los tópicos que me hagan quedarme en paz, a cosas que no he dicho o cosas que te quedan por decir. Estoy muy a gusto en esta época de mi vida, y creo que me centraría más en todo lo positivo, en expresar todo el amor que siento a las personas que quiero y a las que no se lo dices tanto».

José Martret sigue su estela. «Como solo quedan diez horas no podría viajar a mi ciudad, Mallorca, para ver a mi familia, así que me reuniría con mi familia de Madrid, la elegida, y montaría una fiesta para que el final me pillara bailando, riendo, disfrutando y rodeado de las personas a las que quiero».

La actriz abre una acotación: la función ya ha empezado a hacer efecto en ella. «Me ha hecho tomar conciencia de que se vive solo una vez, de que esto se acaba en un momento determinado, y he empezado a tocar la guitarra; era algo que tenía pendiente... Y yo he empezado a tocar la guitarra... Me gustaría generar en el público algo así». También, añade, el reto físico y de voz -tiene que cantar- que le supone esta obra le ha hecho, asegura, «reconciliarme como actriz con mi herramienta, con mi cuerpo. A lo largo de los años una se crea barreras absurdas».

'El fin' es una comedia con la que Paco Gámez ganó el II Certamen Internacional de Comedia del Teatro Español, donde ahora se estrena. José Martret dice de ella que tiene un poco de todo. «Empieza desde este disparate tan real que podría ser que llegara el fin del mundo. Estamos viviendo en un momento con tantos mensajes apocalípticos, de crisis climáticas, económicas, sanitarias, sociales, con ese auge brutal de los extremos, que ese ambiente apocalíptico que plantea el texto no nos resulta tan ajeno. Suceden después muchas cosas surrealistas... Pero yo creo que hay algo que va a tocar el corazón de la gente y que se va a sentir muy identificado con la obra y con sus personajes».

«Es lo más especial de la función -completa Toni Acosta-; es una comedia que afrontamos desde la verdad más absoluta y eso hace que, aunque el público se ría, también tenga su momento de reflexión... Sí, creo que va a emocionar además de divertir». Ha usado la actriz la palabra verdad, algo que, sobre todo en la comedia, es imprescindible sobre un escenario. «Es un sistema de trabajo -dice Martret-, una elección. A mí me gusta ir al teatro y creerme lo que estoy viendo y lo que está pasando sea comedia, tragedia o drama. Es un estilo; siempre he apostado por una interpretación verdadera y auténtica y no hay que renunciar a eso porque se haga comedia».

Piensan actriz y director que aflorarán las sonrisas más que las carcajadas. «Es una comedia que se pone seria por momentos y luego vuelve al humor. Siempre hay una salida para el humor», dice él. «La comedia -añade ella- es el mejor vehículo para contar un mensaje. Desde ella llega mejor una crítica social interesante, y no debemos huir ni tener prejuicios hacia este género».

Termina Toni Acosta hablando de su personaje, Lina Martínez: «Es un homenaje precioso a la gente de a pie, a las personas que madrugan cada día para ir a trabajar, pero además dejan la cena hecha, y además..., y además..., y además... A Lina le encanta leer y escribir, y en el fondo de su corazoncito le hubiese gustado ser actriz. Tiene esa espinita ahí clavada y se atreve a decirlo ahora porque se va a acabar el mundo. A nosotros nos gusta verla como una heroína. La cotidianeidad de la vida está llena de héroes».