Petra Martínez: «La experiencia te ayuda a que los nervios no te joroben una función»

Ayer, cuando le comunicaron que se habían alzado con el premio Nacional de Teatro, Petra Martínez se dirigía a Castellón para representar 'La señorita doña Margarita', un «monólogo tragicómico, de Roberto Athayde, dirigido por Juan, con el que estoy haciendo gira», explica la actriz. Y Juan Margallo estaba en día de rodaje de la segunda parte de la película 'Campeones', de Javier Fesser. «Creo que alguien se lo ha comentado. Yo se lo he dicho, pero prácticamente no hemos podido hablar».

Una gira que se encuadra en la larga trayectoria de Petra Martínez que empezó en el célebre y mítico Teatro Estudio de Madrid, pilotado por William Layton. Allí conoció a Margallo y hasta hoy: «A nosotros -confiesa- nos ha salido muy bien el estar unidos en la vida y en la profesión. Nos lo hemos pasado maravillosamente. Nos conocemos muy bien y nos entendemos a la perfección, Juan me dirige y yo actúo, y es fácil comunicarnos. Discusiones siempre se tienen, pero nosotros tenemos la costumbre de discutir de la mejor manera. Para convencernos el uno al otro y, sobre todo, para ver si podemos llegar a un acuerdo».

Petra Martínez no desde siempre deseo ser actriz. «Primero -nos revela- quise ser detective. Pero era muy complicado. Cuanto me fui a Londres con 16 años a estudiar inglés, me gustaba mucho leer y me aconsejaron que aunque no supiera todavía mucho de ese idioma, debía leer en inglés. Me sugirieron que leyera teatro, que, como viene el nombre de los personajes, iba a ser más sencillo. Leí a Chéjov, a Ibsen y a otros, como podía, con diccionario. También recuerdo que vi una adaptación de 'Oliver Twist', que me llamó mucho la atención y me dije: 'Yo quiero subir a un escenario'. Volví a España decidida a ser actriz. Ya lo tenía muy claro».

Sin embargo, la primera vez que pisó uno en un papelito breve se preguntó: «A ver si me va a sentar mal hacer teatro». Y prosigue: «Estaba tan nerviosa que vomité antes de entrar en escena y al salir. Luego, nunca volvió a pasarme. La experiencia te va ayudando a que los nervios no te joroben una función ni un momento de una película o una serie. Aunque nervios nunca dejan de tenerse. Sobre todo en los estrenos. Con todos los compañeros que hablo, me dicen que hay siempre un gusanillo por ahí.... Pero desaparece enseguida, una vez que estás en el escenario, ya estás en lo que estás».

¿Nunca ha barajado usted, Juan, o los dos la posibilidad de retirarse? «La verdad -afirma- es que algunas veces sí lo hemos pensado, podríamos viajar... Pero sé positivamente que a los dos meses estaríamos aburridos».