'Mihura, el último comediógrafo': una sorprendente carta de amor
CRÍTICA DE TEATRO
Adrián Perea recrea la creación y el estreno, veinte años después de su escritura, de 'Tres sombreros de copa'
'Mihura, el último comediógrafo', la historia detrás del estreno de 'Tres sombreros de copa'
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'Mihura, el último comediógrafo'
- Texto Adrián Perea
- Dirección Beatriz Jaén
- Espacio escénico Pablo Menor Palomo
- Iluminación Pedro Yagüe
- Vestuario Vanessa Actif
- Sonido y composición musical Luis Miguel Cobo
- Videoescena Elvira Ruiz Zurita
- Intérpretes David Castillo, Paloma Córdoba, Esperanza Elipe, Esther Isla, Rulo Pardo, Kevin de la Rosa y Álvaro Siankope
- Lugar Nave 10 Matadero, Madrid
El jovencísimo dramaturgo Adrián Perea ha escrito una admirada y rendida carta de amor a Miguel Mihura y a su obra más celebrada: 'Tres sombreros de copa'. Mihura conforma, junto a Enrique Jardiel Poncela y Edgar Neville, la terna principal ... de la comedia teatral española de la primera mitad del siglo XX; sus principales estrenos -la mayoría de ellos fueron grandes éxitos- se produjeron durante el régimen franquista, y eso ha bastado para que la 'inteligentzia progresista' le ignore y en consecuencia le desprecie (ya lo dijo Antonio Machado) y lo denigre. Por eso es tan sorprendente como feliz que un autor que todavía no ha cumplido los treinta años rinda homenaje a un dramaturgo cuyas obras son los cimientos sobre las que se sigue edificando la comedia española.
'Mihura, el último comediógrafo' relata las circunstancias vitales que llevaron al dramaturgo a escribir 'Tres sombreros de copa', las que motivaron que se guardara en un cajón durante veinte años y las que envolvieron el estreno por el TEU en 1952. Perea hace un brillante ejercicio al mezclar la peripecia vital de Miguel (un personaje distinto del de Mihura, todo un acierto del autor) con la historia de 'Tres sombreros de copa', y da un triple salto mortal -que lleva a cierta confusión en algunos momentos- trayendo la acción a nuestros días y metiéndose él mismo (un dramaturgo que escribe una obra sobre Miguel Mihura) en la acción. Su texto destila ternura y humor -intencionadamente cercano al propio Mihura- y muestran el talento de Perea; hay, sin embargo, algunas escenas que ganarían si estuvieran más condensadas.
Beatriz Jaén firma un espectáculo voluptouso y profuso, pero con tendencia en ciertos momentos a la simplicidad o al ruido. En el capítulo de la interpretación, Rulo Pardo encarna a un Mihura entrañable, pintándole con los colores del desencanto y la nostalgia, mientras que David Castillo le presta a Miguel su asombrada ingenuidad. Esperanza Elipe se camufla en varios personajes para deslumbrar en la escena de la sobrina de Mihura, y Paloma Córdoba le da encanto a Julita Daza, la supuesta inspiración del dramaturgo..
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