'La madre de Frankenstein', retrato de un manicomio llamado España
El Centro Dramático Nacional estrena la adaptación teatral de la novela de Almudena Grandes
Blanca Portillo y Pablo Derqui protagonizan la función, que dirige Carme Portaceli
Una novela de Almudena Grandes que se deja leer como un novelón
Madrid
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Iniciar sesiónEl sábado 10 de junio de 1933 ABC publicaba en su página 20 una noticia titulada: 'La señorita Hildegart, muerta a tiros por su madre'. Se refería a Aurora Rodríguez Carballeira, una mujer que mató a su hija -concebida como un experimento científico ... y a la que pretendía moldear y controlar- por querer escapar de su voluntad.
«En la mañana de ayer -se contaba en el periódico-, próximamente a las ocho, se desarrolló en la calle de Galileo, número 57, piso cuarto, un sangriento suceso, del que fue víctima la señorita Hildegart, que actualmente desempeñaba la secretaría de la Liga de Reforma Sexual. La señorita Hildegart, que tenía el título de abogado, contaba dieciocho años de edad y vivía con su madre, doña Aurora Rodríguez Carballeira, en la mencionada casa. Según informes particulares, pero que oficialmente no han tenido confirmación, entre madre e hija existían frecuentes disgustos, debidos, al parecer, a que la madre temía que su hija, por motivos políticos o por otros de índole particular, se separara de ella».
En torno a Aurora Rodríguez, precisamente, tejió Almudena Grandes su novela 'La madre de Frankenstein', publicada en el año 2020, y que forma parte de su serie 'Episodios de una Guerra Interminable'.
Cuando era directora del Teatro Español, Carme Portaceli le dijo a la escritora madrileña que le gustaría llevar a escena alguna de sus novelas; Almudena Grandes le envió entonces un texto titulado, 'La madre de Frankenstein', todavía sin publicar. «Me pareció brutal», dice la directora. Así que empezó a trabajar junto a Anna Maria Ricart en la adaptación, que ha sido, asegura, muy difícil y al tiempo muy fiel al mundo de Almudena (las 560 páginas del libro se han condensado en las tres horas y media que dura la función, y los 117 personajes que aparecen se han reducido a 22, interpretados por nueve actores).
Coproducción
'La madre de Frankenstein' se estrena hoy en el Teatro María Guerrero -es la primera coproducción entre el Centro Dramático Nacional y el Teatre Nacional de Catalunya-, con dirección de Carme Portaceli y un reparto que encabezan Blanca Portillo y Pablo Derqui, a quienes acompañan Ferrán Carvajal (también responsable de la coreografía y el movimiento), Jordi Collet (autor de la música y el espacio sonoro), David Fernández 'Fabu', Gabriela Flores, Belén Ponce de León, Macarena Sanz y José Troncoso. El equipo artístico incluye a Paco Azorín y Alessandro Arcangeli (escenografía), David Picazo (iluminación), Carlota Ferrer (vestuario), Miquel Ángel Raió (audiovisuales) y Carles Gómez (sonido).
La obra se sitúa en 1954, cuando un joven psiquiatra, Germán Velázquez, vuelve a España después de unos años exiliado en Suiza para trabajar en el manicomio de mujeres de Ciempozuelos, en Madrid. Allí está recluida Aurora Rodríguez, que de alguna manera fue la responsable de que Germán quisiera estudiar Psiquiatría; la conoció cuando, siendo niño, ella visitó la consulta de su padre, también psiquiatra, y quedó impresionado por la personalidad de aquella mujer.
«Habla de nosotros, de lo que somos, de nuestra raíz, de lo que nos atañe directamente», dice Carme Portaceli, que añade que el texto es «un documento de una altura poética brutal; muestra la vida que brota a pesar de una etapa de oscuridad». «Viendo todo lo que ocurre en este manicomio -sigue-, nos damos cuenta de que jamás nadie nos ha explicado la historia real de este país nuestro, jamás hemos podido saber de dónde venimos y por qué nuestro comportamiento es el que es y no otro».
La España de los cincuenta
En este «retrato de la España de los cincuenta vista por alguien que se ha educado fuera de este país», según la definición de Carme Portaceli, destaca la personalidad de Aurora -que moriría en Ciempozuelos en 1955-, la parricida a la que, dice la directora, «nunca puedes odiar; hay algo de su inteligencia y de su vulnerabilidad que te asalta».
«Almudena cuenta una historia de mujeres en un manicomio durante una década terrible, y en su oscuridad siempre hay momentos de luz y de esperanza», añade Blanca Portillo. Sobre su personaje, dice que es «complejo e interesantísimo. Es una mujer muy culta, valiente, aguerrida, una superdotada… Pero con un problema de salud mental, una cuestión que debemos revisar desde el teatro. Decide matar a su hija porque 'no le ha salido bien' y, como es suya, la mata. Es una mujer paranoica, a la que no han querido de pequeña, y que siente que la persiguen los Estados internacionales. Es interesante quererla desde ese aspecto de enferma mental».
«Asesinó a su hija superdotada porque fue ella la que la creó -completa Portaceli-, y ella la destruyó. Mujer brillante, inteligente, que se cree superior a los demás, eugenésica -creía en la posibilidad de crear una raza superior-, metáfora de nuestro país en ese momento de la historia, de un país más católico que los católicos, más puro que los puros, que siempre tiene la razón y se impone por cualquier medio».
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