'L'imperatiu categòric': la vida, entre Kant y Kafka
Crítica de teatro
Una historia sobre la dificultosa aplicación de la teoría filosófica a la actuación social cuando se vive en la intemperie
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'L'imperatiu categòric'
- Autoría y dirección Victoria Szpunberg
- Escenografía Judit Colomer
- Vestuario Joana Martí
- Iluminación Marc Lleixà
- Espacio sonoro Lucas Ariel Vallejo
- Intérpretes Àgata Roca y Xavi Sáez
- Lugar Teatre Lliure, Barcelona
Hay que tomarse las cosas con filosofía, reza la conseja. El título de esta pieza de Victoria Szpunberg (Buenos Aires, 1973) no puede ser más filosófico, 'El imperativo categórico' de Kant: cuando se obra según una ética clara y asumible por todos, ... esta actuación se consolida en principio de una legislación universal que no conoce ideologías ni religiones.
La faz kantiana se complementa con otra, más oscura: el Kafka de 'En la colonia penitenciaria' y 'El proceso'. La protagonista, Clara G., es una profesora asociada de Filosofía cuyos misérrimos ingresos y el fracaso de sus relaciones sentimentales le han llevado del guion de la 'normalidad' moral de aplicar la teoría kantiana -su tesis doctoral aborda el imperativo categórico- a la confrontación con una sociedad que la condena a la invisibilidad. No es extraño que en sus clases Clara aplace el estudio del filósofo de Konigsberg, como ordena el temario, y proponga a sus alumnos el laberinto de 'El proceso' kafkiano: es lo más parecido a la etapa de la vida que ella está padeciendo.
Esa evolución de la luz a las sombras se ilustra con varios encontronazos: el director del departamento del instituto que valora más la burocracia pedagógica que el sentido humanista de la enseñanza; un agente inmobiliario, emblema del «lo tomas o lo dejas» de la precariedad habitacional; un vecino incívico que le machaca el cerebro con su música decibélica; un jeta que se la pretende ligar en un restaurante pagando ella; un psiquiatra que se la quita de encima y la reenvía a otros especialistas… ¿Cómo tomarse las cosas con filosofía?
Ágata Roca interpreta con verosimilitud a esa Clara que se siente condenada en un proceso social donde se confunde el obrar bien del servicial con el asentir ovino del servil: la cruel ironía del «honra a tus superiores» que perforaba la piel de los presos en la colonia penitenciaria de Kafka. Xavi Sáez le da la réplica al encarnar a esos personajes con los que Clara se enfrenta, entre vértigos y lipotimias. Una historia sobre la dificultosa aplicación de la teoría filosófica a la actuación social cuando se vive en la intemperie. Pedagógica y afilada Szpunberg.
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