'L'amor venia amb taxi': La Cubana nos lleva de fiesta
CRÍTICA DE TEATRO
La compañía de Sitges conmemora su cuarenta y cinco aniversario con el título de un clásico del teatro de repertorio
40 años de humor a la cubana
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'L'amor venia amb taxi'
- Guion Jordi Milán, Toni Sans, Rubèn Montañá
- Música Xavier Mestres, Joan Vives
- Dirección musical Xavier Mestres
- Escenografía La Cubana y Castells Planas
- Sonido Jordi Ballbé
- Iluminación Kiko Planas
- Vestuario La Cubana, Leo Quintana, Raúl Herrera, Jan Alexander Romero
- Coreografía Leo Quintana, Oriol Burés, Nuria Benet
- Intérpretes La Cubana
- Lugar Teatre Romea, Barcelona
Ser original es volver al origen, advirtió Gaudí. Y el origen de La Cubana es el teatro de aficionados. La compañía de Sitges conmemora su cuarenta y cinco aniversario con el título de un clásico del teatro de repertorio: 'El amor venía en taxi' ... que Rafael Anglada representó en el Romea en 1959. Si 'jouer' (jugar) designa en francés la interpretación actoral no hay compañía más juguetona que La Cubana: así lo han constatado los seis millones de espectadores que les han seguido hasta la fecha. Jordi Milán y su 'troupe' son especialistas en esa fórmula que tan bien comprendieron Pirandello y De Filippo: el 'teatro dentro del teatro'. La puesta en escena es, una vez más, el pretexto para ensamblar una trama que implica al público: entre las tablas y la platea no existe otro peaje que el de la complicidad.
En este amor de generoso taxímetro los ensayos de la compañía de aficionados de un centro parroquial sirven de hilo argumental para rendir homenaje al teatro popular: desde los tradicionales 'pastorets' a las revistas del Paralelo barcelonés. La memoria de La Cubana recrea las canciones de Alady: aquel 'Hola ¿qué tal?' de 'Taxi al Cómico' que produjo Joaquín Gasa; pasa por El Molino en el que reinaban María Yáñez, la Bella Dorita, y las melodías del Danubio que trajeron de Viena Artur Kaps y Franz Joham. No olvida las críticas, como aquella de Néstor Luján en el semanario Destino contra el teatro amateur, ni la censura.
En ese paisaje nostálgico, figuras como el apuntador que desde la concha rescata para los actores la frase olvidada en la réplica; objetos como el ubicuo tresillo de las comedias de salón. Y todo con la música en directo del sexteto que dirige Xavier Mestres, la parodia de cada género con vistosos vestuarios y la dinámica tramoya que acentúa la comicidad de cada número: esa elevación de la cantante hasta que su cara acaba tapada por la escenografía. Si a eso le añadimos el paseo de la actriz por el patio de butacas repartiendo tortel sabremos que el origen y final del taxi de La Cubana no es otro que la diversión.
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SuscribetePeriodista y doctor en Ciencias de la Información, se incorpora a ABC en 1995 donde es redactor de Cultura, crítico teatral, literario y columnista. Autor de varias novelas y profesor de Historia del Periodismo.
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