'L'alegria que passa': Dagoll Dagom cierra con Rusiñol sus cincuenta años
Crítica de Teatro
Anna Rosa Cisquella ha querido volver a los orígenes del conjunto con esta obra porque «contiene elementos poéticos y simbólicos muy próximos al espíritu de nuestra compañía»
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Una escena de 'L'alegria que passa'
En 2024, con su obra más exitosa, 'Mar i Cel', Dagoll Dagom pondrá broche final a una trayectoria que comenzó en 1974 cuando su fundador, el fallecido Joan Ollé, puso en el escenario 'Yo era un tonto y lo que he visto me ... ha hecho dos tontos', de Rafael Alberti. Ollé pasó el testigo a Anna Rosa Cisquella y Joan Lluís Bozzo, que en 1978 dramatizaron los cuentos de Pere Calders en 'Antaviana'. Habían encontrado la fórmula del músical. El éxito de 'Antaviana se refrendó con 'Nit de Sant Joan' (1981), 'Glups' (1983), 'El Mikado' (1986), la citada 'Mar i Cel' (1988) -que ha conocido varias reposiciones- y 'Flor de nit' (1992).
Crítica de teatro
L'alegria que passa'
- Autor Santiago Rusiñol
- Adaptación y dirección Marc Rosich
- Escenografía y vestuario Albert Pascual
- Música Andreu Gallén
- Intérpretes Àngels Gonyalons, Mariona Castillo, Jordi Coll, Júlia Genís, Eloi Gómez, Pol Guimerà, Pau Oliver, Basem Nahrouh, David Pérez-Bayona
- Lugar Teatro Poliorama, Barcelona
Tras un paréntesis televisivo con programas humorísticos como '¡Oh Europa!', las producciones fueron más previsibles y oportunistas como la 'La familia irreal' (2012). Con 'Scaramouche' (2016) y 'Maremar' (2018) Dagoll Dagom no volvió a alcanzar la resonancia de los espectáculos de su primera época. La alineación -o alienación- política de Bozzo en las huestes del independentismo más radical y vocinglero, no ha hecho ningún bien a la imagen y la creatividad de la compañía.
Anna Rosa Cisquella ha querido volver a los orígenes de Dagoll Dagom con 'L'alegria que passa' de Santiago Rusiñol porque «contiene elementos poéticos y simbólicos muy próximos al espíritu de nuestra compañía». El que es el último montaje de creación, aderezado con ingredientes de 'El poble gris' y 'Aucells de fang', refleja el 'tedium vitae': como otras obras de Rusiñol, vindica la pulsión artística frente a la hirsuta avaricia del dinero.
La 'troupe' que llega a un pueblo tiranizado por un alcalde caciquil que es también patrón de la fábrica plantea el dilema entre la monótona vida gris y la vida errante de los cómicos. Àngels Gonyalons, que fue protagonista de 'Mar i Cel' hace 34 años, demuestra que está en plena forma y reedita una versatilidad actoral que le permite bailar, cantar e interpretar a la vez al alcalde y al clown.
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La dirección musical de Andreu Gallén y las coreografías de Ariadna Peya recobran aquel Dagoll Dagom que conjugó literatura teatro, danza y música para renovar el teatro musical en los años ochenta.