'Juana de Arco', un espectáculo 'inflamable' teñido de rojo borgoña

Marta Pazos dirige el espectáculo que abre el nuevo espacio Nave 10 Matadero

La Nave 10 de Matadero renace como centro de creación dramática contemporánea

Una escena del espectáculo Jesús Ugalde

Madrid

03/10/2024 a las 19:09h.

A Marta Pazos le gusta bañar con un color dominante sus espectáculos. Está relacionado, explica, con la sinestesia, con aquello que produce ese color. «Por eso también trabajo en espacios instalativos, aquellos en lo que el espectador esté expuesto durante cien minutos a algo ... muy invasivo como es ese color. Es interesante, porque la percepción, algo incontrolable, va cambiando. Le puede gustar o no, pero no puede evitar percibirlo». 'Juana de Arco', el espectáculo que acaba de estrenarse en Nave 10 Matadero -con él comienza este espacio su nueva andadura- está dominado por el rojo borgoña. No podía ser de otro modo; fueron los borgoñones los que, en la guerra de los Cien Años, capturaron a la conocida como Doncella de Orléans y la entregaron a los ingleses, quienes la quemaron en Ruan, con solo 19 años de edad.

Marta Pazos recibió el encargo por parte de Luis Luque, director de Nave 10 Matadero, de abordar este personaje. La directora gallega se planteó qué hacía a Juana tan magnética; cómo a través de su palabra logra reunir un Ejército que la siga y venza. «Quería poner el foco en el poder, en el poder personal, y en el cuestionamiento de los nuevos liderazgos. El proyecto artístico de la creadora gallega siempre se ha fijado en «mujeres y personas intersex que no hemos sido dueñas del relato de nuestra propia historia, que han escrito otros por nosotras», y aquí encajaba la historia de Juana de Arco. Sergio Martínez Vila ha escrito el texto a partir del cual se ha creado el espectáculo, en el que Marta Pazos ha contado con la colaboración de Belén Martí Lluch (coreografía), Max Glaenzel (espacio escénico), Nuno Meira (iluminación), Leandro Cano (vestuario) y Hugo Torres (sonido y música original).

Marta Pazos quería que fuera la propia Juana quien contara su propia historia. Le acompañan seis mujeres, seis jóvenes que «tenían que ser esas Juanas que no se quemaron -explica- y que de alguna u otra manera tuvieran algo que cruzara con Juana, algo de su energía o de la exposición en un momento de juventud de sus vidas». A Juana la encarna Joana Vilapuig, que está acompañada en escena por Georgina Amorós, Katalin Arana, Macarena García, Lucía Juárez, Bea de Paz y Ana Polvorosa. «No es que sean siete Juanas, sino que son siete mujeres jóvenes que te vienen a contar una historia y que te dan la referencia de Juana; el dibujo es de un auto sacramental, aunque la función no lo es». Tampoco, asegura, quiere dirigir a los espectadores. A mí me gusta trabajar, como creadora, en puntas de iceberg, y como espectadora me molesta que me digan aquello que debo pensar. Yo planteo un trabajo y el público ha de completar con su propia experiencia».

El fuego, lógicamente, tiene un papel fundamental en el espectáculo, que Marta Pazos quiere que sea «inflamable y esté conectado con la percepción de fuego. Cuando lo percibimos entramos en un estado de contemplación que nos permite captar lo sublime, y entrar así en contacto con lo divino».

Las dimensiones de la sala le han llevado también a crear, asegura, un espectáculo panorámico: «como si estuvieras viendo cine ante tus ojos». Las películas de Carl Theodor Dreyer ('La pasión de Juana de Arco', 1928) y Bruno Dumont ('Jeannette, la infancia de Juana de Arco', 2017) figuran entre los referentes de Marta Pazos, que concluye diciendo que «Juana es un rayo de luz que surge en la guerra de los 100 años. Es una persona muy inspiradora y yo quería que el espectáculo estuviera también atravesado por este espíritu de rebeldía de la adolescencia y también por su ligereza».