José Carlos Martínez, nuevo director del Ballet de la Ópera de París

El que fuera director de la Compañía Nacional de Danza sucede en el cargo a Aurélie Dupont, y se convierte en el primer español –y el séptimo extranjero; el último fue el mítico Rudolf Nureyev– que dirige la más antigua compañía de ballet del mundo, y una de las más prestigiosas.

José Carlos Martínez, nacido en Cartagena en 1969, vuelve así a la compañía en la que estuvo durante más de veinte años. Ingresó en el Ballet de la Ópera de París, como miembro del cuerpo de baile, en 1988, y allí alcanzó la categoría de ‘étoile’ (estrella), la más alta del conjunto, en 1997. En 2011 se retiró de los escenarios. En París logró su mayor prestigio y bailó los primeros papeles del repertorio, en ballets como ‘Giselle’, ‘El lago de los cisnes’, ‘Cascanueces’ o ‘Don Quixote’. También interpretó piezas contemporáneas de coreógrafos como Mats Ek, Frederick Ashton, John Cranko, Anthony Tudor o Harald Lander.

También comenzó allí su carrera como coreógrafo. Para la escuela del Ballet de la Ópera de París creó ‘Scaramouche’, y para la compañía ‘Les Enfants du Paradis’ (2008). El Ministerio de Cultura español –que le otorgó el premio Nacional de Danza en 1999– le nombró en 2010 director de la Compañía Nacional de Danza en sustitución de Nacho Duato. A él le correspondió abrir el repertorio y devolverle el estilo clásico, que Duato había abandonado. Fruto de ello fue su producción de ‘Don Quixote’. En 2019 dejó el cargo.

José Carlos Martínez ha dicho tras su nombramiento: «Quiero agradecer a Alexander Neef [director de la Ópera de París] su confianza, y ya tengo ganas de volver a la Ópera de París. Soy consciente del increíble potencial del Ballet, así como de los retos a los que se enfrenta actualmente la Compañía, y deseo servirla por completo. Trabajaré para conseguirlo buscando la mejor cohesión posible entre todas las fuerzas dinámicas de la compañía y obteniendo el apoyo de los bailarines y equipos de la Ópera de París para construir juntos un proyecto que mantenga a la compañía en la cima de su arte y la convierta en un ballet modélico en sus compromisos artísticos, humanos y sociales».