¿Qué estás dispuesto a hacer por conservar tu trabajo?
Candela Peña y Pilar Castro interpretan en el Teatro Pavón, dirigidas por Israel Solá, 'Contracciones', una obra del británico Mike Bartlett
Madrid
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Iniciar sesiónEmma, recién llegada a una empresa para trabajar en la sección de ventas, se reúne con la Directora de la empresa; la conversación deriva en un interrogatorio sobre la vida privada de la empleada, que no ha informado a sus superiores de la relación ... que mantiene con un compañero de trabajo.
Éste es el argumento de 'Contracciones', la obra del británico Mike Bartlett que acaba de estrenarse en el Teatro Pavón de Madrid (estará en cartel hasta el 19 de marzo), con dirección de Israel Solá -creador de la compañía La Calòrica- y Candela Peña y Pilar Castro como intérpretes. La traducción de la obra la firma Jorge Kent.
'Contracciones' nació como obra de radio teatro bajo el título de 'Love Contractions' y subió a escena en el Royal Court de Londres en 2008, ya como 'Contractions'.
«La obra -dice el director- nos sumerge en un universo que mezcla a la perfección los mundos de George Orwell, 'The office' y 'Black Mirror'. Una distopía laboral que sin darnos cuenta ha acabado por ocurrir en el presente. Una pieza con tintes de humor negro, de ese que nos hace ver como de jodidos estamos si no recordamos que somos ciudadanos con derechos y capacidad de decisión. Si no recordamos que no deberíamos estar dispuestos a todo por conservar un trabajo».
«La función que debía hacer»
Candela Peña estaba escribiendo una función titulada 'Problemática' para hacer con Pilar Castro, pero ésta le recordó que hace un tiempo le había pasado el texto de 'Contracciones' adaptado por Jorge Kent. «La volví a leer -dice la actriz barcelonesa- y sentí que era la función que debía hacer ahora». Así que llamó a Pilar y se pusieron en marcha hasta conseguir levantar el proyecto.
«A mí me engancha muchísimo lo que cuenta y cómo lo cuenta -dice Pilar Castro-, creo que eso es lo interesante de la función, porque se puede contar la misma historia de diferentes maneras, y me interesa mucho cómo lo hace. Interpretativamente es dificilísima. Nos ha dado la vuelta en todos los sentidos; esta función nos ha llevado por unos sitios complicados. Es horrible esa frase de 'fuera de nuestra zona de confort', pero es que es así. Nos ha zarandeado, y ha hecho que nos fueramos metiendo más y más. Terminábamos el ensayo y me iba a casa dándole vueltas al texto. Lo he vivido como una concentración, como la que hacen los futbolistas. Es una función muy asfixiante por la historia que cuenta, pero también por lo que respecta a la interpretación; estamos Candela y yo, y cuando empieza la función ya no para. Da vértigo».
Candela Peña completa las palabras de su compañera. «Yo entiendo el arte como un proceso sanador para mí, y en el texto veía ciertas similitudes con mi situación, con cómo me encontraba yo; no he trabajado para grandes corporaciones -en la obra se encuentran en una gran compañía-, pero si hablas con alguien que es responsable, siempre hay alguien más arriba y otro más arriba todavía. Ese paralelismo en la función me encantó: cómo tú, como trabajador o como pequeña hormiga dentro de una gran compañía, estás dispuesto a entregarte entero. Y cómo el sistema puede apretarte las tuercas para conseguir lo que tú quieres, pero sin dar espacio a tu opinión».
Deshumanización
Otra cuestión que ha seducido de esta función a Pilar Castro es «ver en tan corto tiempo cómo se deshumaniza a una persona; cómo hay una persona que lo hace y que tiene que estar ya deshumanizada, porque si no es incomprensible. Parece muy distópico, pero es una gran realidad».
La sociedad y las relaciones laborales cambian muy deprisa; las dos actrices creen que la obra, sin embargo, tiene plena vigencia. «El problema ahora es mayor», responden al unísono cuando se les pregunta. «Es cuando más vigente está -toma la palabra Candela Peña-; en el montaje, nosotras estamos intentando ver a nuestros personajes no como personajes, sino como representación de algo; Pilar da voz al sistema y Emma, mi papel, da voz a un tipo de individuo, de trabajador concreto, que es capaz de acatar lo que sea por el miedo a lo que se va a encontrar fuera. Pueden pasar cien años y la función seguirá vigente; hay que tomar distancia y ver hasta qué punto mojas la bayeta y puedes estrujarla y estrujarla hasta que se quede seca».
«Habla también -sigue Pilar Castro- de las necesidades que tenemos muchísimas veces los trabajadores, los seres humanos, de quedarnos y someternos porque si no, no puedes comer». «Y que todos, aunque no queramos, pertenecemos al sistema», completa Candela Peña.
¿Se puede hacer algo para combatirlo? «Se puede, pero hay que pagar unas consecuencias -responde Candela Peña-. Pero claro que se puede hacer. Somos responsables de que sucedan ciertas cosas porque aceptamos trabajar con ciertas condiciones. Si no las aceptas, no trabajarás y tendrás que generar otro tipo de trabajo por otro lado. Porque no quieres rendirte ni vivir de rodillas. Otros tendrán otras necesidades. Alguien puede tener que aceptar lo que le echen porque no tenga papeles, o no tenga a nadie a quien recurrir... Y el sistema se puede aprovechar de uno».
Y siempre, repiten, habrá otro por encima. «Y quienes mandan se pueden escudar en eso -sigue Candela Peña-. 'No es decisión mía, es de arriba». «De hecho -interviene Pilar Castro-, en la función hay un momento en que mi personaje se escuda en que es la compañía la que dice las cosas. Esta función se podría llamar 'Los de arriba'», concluye.
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