'Conspiranoia', bombas de racimo
Crítica de Teatro
Jordi Casanovas y Marc Angelet dibujan la trama con inteligencia y habilidad, y convierten el texto en un peligroso circuito de carreras en el que los personajes se enfrentan a curvas muy peligrosas
'Conspiranoia', una comedia sobre el arte de la escucha y de la tolerancia
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'Conspiranoia'
- Autores Jordi Casanovas y Marc Angelet
- Dirección Marc Angelet
- Escenografía José Novoa
- Iluminación Sylvia Kuchinow
- Vestuario Mario Pinillla
- Sonido Ángel Puertas
- Intérpretes Luis Merlo, Natalia Millán, Juanan Lumbreras, Clara Sanchis
- Lugar Teatro Alcázar, Madrid
Fue Yasmina Reza con 'Arte' (una obra que ha cumplido ya treinta años) quien puso de moda en la escena un tipo de obras que podríamos denominar 'bombas de racimo'; en ellas un hecho en apariencia insignificante provoca una serie de detonaciones en ... cadena y de cargas de profundidad que acaba dañando, cuando no destruyendo, relaciones sentimentales o de amistad. De esta corriente participa 'Conspiranoia', un texto escrito por Jordi Casanovas y Marc Angelet (que junto a Cristina Clemente forman un trío creador de gran éxito tanto en la televisión como en el teatro; en Madrid Angelet y Clemente tienen actualmente en cartel otros dos títulos: 'Laponia' y 'Terapia integral').
'Conspiranoia' cuenta la historia de cuatro amigos. Se reúnen a instancias de uno de ellos Roberto (Luis Merlo) para lograr que su mujer, Clara (Natalia Millán) abandone sus ideas terraplanistas; para ello Roberto, junto a Sonia (Clara Sanchis) y Álex (Juanan Lumbreras) organizan a espaldas de Clara una 'intervención' y escriben una carta en la que le explican que debe de creer en esas teorías. En la reunión empiezan a desenterrarse secretos, afloran rencores y se levantan las alfombras de las relaciones entre los cuatros.
Jordi Casanovas y Marc Angelet dibujan la trama con inteligencia y habilidad, y convierten el texto en un peligroso circuito de carreras en el que los personajes se enfrentan a curvas muy peligrosas. Todos ellos se acaban viendo frente a sus miserias y sus contradicciones, poniendo a prueba su amistad, siempre en clave de comedia 'ma non troppo'; el final declaradamente buenista y azucarado empaña un tanto el magnífico desarrollo del texto y la sólida construcción de sus personajes.
La función (estrenada en catalán en Barcelona hace unos meses) acaba de dar sus primeros pasos, y todavía no ha alcanzado la velocidad de crucero que precisa; se ve aun falta de ritmo y con aristas que, seguramente, se corrijan con el paso de las representaciones. Dentro del capítulo interpretativo, destaca la serenidad que aporta a su personaje Natalia Millán, siempre segura y ajustada.
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SuscribeteMadrileño. Ingresó en la Redacción de ABC en 1985. Ha pasado por distintas secciones, pero siempre se ha dedicado a la información de música y artes escénicas. Es crítico teatral y de Danza
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