'Cenicienta': una calabaza, un zapato de cristal y justicia social

Crítica de teatro musical

Se estrena en Madrid el musical que escribieron para la televisión Rodgers y Hammerstein

Una 'Cenicienta' musical y más allá del cuento de hadas

Briel González y Paule Mallagarai Belén Díaz

Crítica de Teatro Musical

'Cenicienta'

  • Autores Richard Rodgers (música), Oscar Hammerstein II (libro original y letras) y Douglas Carter Bean (libro adaptado)
  • Dirección y coreografía Anthony van Laast
  • Supervisor musical Xavi Torras
  • Adaptación y dirección asociada Alejandro de los Santos
  • Coreógrafa asociada Nichola Treherne
  • Escenografía Carla Janssen
  • Vestuario Yaiza Pinillos
  • Iluminación Howard Harrison
  • Sonido Poti Martin
  • Vídeo Jeff Sugg
  • Principales intérpretes Paule Mallagarai, Briel González, Mayca Teba, Mariola Peña, Eloi Gómez, María Gago, Caro Gestoso, José Navar, Jaume Giró
  • Lugar Teatro Coliseum, Madrid

Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II son historia del teatro musical gracias a creaciones suyas como 'Sonrisas y lágrimas', 'El Rey y yo', 'Oklahoma!' o 'Carousel', por poner cuatro ejemplos emblemáticos; pocas parejas han tenido su influencia en el desarrollo de este ... género. 'Cenicienta' es otro de los títulos de Rodgers y Hammerstein, aunque tiene su singularidad: se creó para la televisión en 1957, y hasta más de medio siglo después, en 2013 -y con sus dos autores ya fallecidos-, no llegaría al escenario en Broadway, con un libreto renovado. Esta es la base de la producción presentada en Madrid, de la que es responsable Anthony van Laast, un coreógrafo británico y veterano lobo de mar del West End londinense; 'Sister Act', 'Bombay Dreams' y 'Mamma Mia!' figuran entre sus créditos.

'Cenicienta' aparece en las tradiciones egipcia, china y Europea. Charles Perrault, a finales del siglo XVII, y los hermanos Grimm, a principios del siglo XIX, hicieron sus propias versiones, que Rossini y Jules Massenet transformaron en ópera (en 1817 y 1899 respectivamente) y Sergei Prokófiev en ballet (1945), entre otros; pero fue Disney quien hizo definitivamente popular a la huérfana maltratada por su madrastra y sus hermanastras. La versión de Van Laast traslada la acción a los años cincuenta del siglo pasado (la época de la creación del musical) en un reino indeterminado en el que el joven Príncipe vive ajeno a la realidad: que su regente hace y deshace a su voluntad y abusa de la población. Aparecen en la historia -siempre con un componente naíf, no deja de ser un cuento infantil- asuntos como la justicia social, las reinvidicaciones de la clase obrera, la solidaridad y la democracia, que finalmente triunfa en medio de la bondad y la generosidad de sus protagonistas. El mensaje de esperanza que Disney ya planteaba en su versión sigue intacto en esta. También están la calabaza transformada en coche (en lugar de carroza); el hada madrina, los perros (en lugar de ratoncillos) convertidos en lacayos; y, naturalmente, el zapato de cristal... aunque se emplee de manera distinta.

'Cenicienta' no figura entre las obras maestras de Rodgers y Hammerstein. El vuelo lírico de sus melodías, la brillantez de sus arreglos, el optimismo y la luz de sus canciones están presentes en una partitura amable, contagiosa, a la que Xavi Torras, al mando de una orquesta de una veintena de músicos en directo -el público puede verlos al principio del segundo acto-, sabe imprimir el colorido justo. Pero no hay en ella la genialidad de otras de sus obras, aunque el público salga del teatro acompañado de sus melodías. Me atrevería a decir que la puesta en escena está, en esta ocasión, por encima de la propia obra. Van Laast -y con él Alejandro de los Santos- han creado un espectáculo redondo, que mezcla elementos corpóreos y proyecciones en una unión perfecta -hay que destacar las transiciones, magníficas, que otorgan ritmo a la función-, lo mismo que en el magnífico vestuario de Yaiza Pinillos. En la producción se ve cada euro invertido, pero también todas las horas de trabajo del equipo creativo y artístico.

La abundancia de musicales en Madrid -puede ser que incluso demasiados- es paralela a la creciente abundancia de buenos artistas capaces de actuar, cantar y bailar que existe en nuestro país. 'Cenicienta' cuenta con un excelente reparto, con dos estupendos protagonistas -Paule Mallagarai y Briel González-, pero en el que destacan Mariola Peña, una madrastra cómicamente perversa -o perversamente cómica, según se mire-; José Navar, que otorga prestancia a su personaje; y Jaume Giró, siempre con el gesto y la voz precisos.

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