Casares-Camus, canción de los viejos amantes

Una canción con un estribillo: las ganas de estar juntos y la imposibilidad de conseguirlo; no solo por el estado civil de Camus, sino por las agitadas andaduras de ambos amantes. Gas ameniza esta ceremonia de las soledades compartidas con un repertorio musical que bascula, cual nostálgico metrónomo, entre 'Las hojas muertas', que popularizó Yves Montand, y el Charles Trenet de 'Que reste-t-il de nos amours?'

Las cartas de la Casares, observa el director, son más apasionadas frente a las Camus, más «contenidas». Rosa Renom encarna de forma convincente a la actriz con ancestros gallegos que expresa con española vehemencia el deseo de que el escritor de raíces menorquinas sea 'su' hombre, al tiempo que se resigna a amarlo en la distancia. Jordi Boixaderas es el Camus que intenta que su situación matrimonial no marchite el deseo de su amante: alterna la prosa amorosa con la denuncia del mandarinato de Sartre; la 'gauche caviar' parisina le insulta por denunciar en 'El hombre rebelde' los campos de concentración del comunismo, esa ideología del crimen ataviada con los despojos de la inocencia.

'Casares-Camus' es la historia de un amor, pero no solo eso, también un paseo por las miserias –materiales y morales– del exilio republicano: la Casares lamenta que su padre fuera ninguneado y luego exaltado según la conveniencia propagandística de la izquierda antifranquista. Gas subraya el pensamiento libre de un escritor que se siente extranjero en una Francia que hegemoniza culturalmente el partido comunista más estaliniano de Europa, así como la difícil posición de un Camus que ataca por igual a la ultraderecha de la 'Algérie française' y al terrorismo indiscriminado del FLN argelino: «Entre la justicia y mi madre, prefiero mi madre».

La historia de amor de Casares y Camus emocionará a un amplio espectro de público; el contexto político-cultural exigirá cierta proximidad con el Camus pensador para que no se pierda el hilo narrativo de este bello montaje con un desenlace conocido. El 4 de enero de 1960 Camus muere en accidente de carretera con el manuscrito inacabado de 'El primer hombre' en el maletero del Facel-Véga que conducía su editor, Michel Gallimard. Es el absurdo final de la canción de los viejos amantes.