'Bodas de sangre', «el 'Guernica' de la danza española», abre los Veranos de la Villa en Conde Duque

El festival madrileño quiere celebrar los cincuenta años de la coreografía de Antonio Gades, uno de los grandes hitos de nuestro baile

Antonio Gades, baile por tierra, mar y fuego

La icónica pelea de 'Bodas de sangre' Clarissa LAPOLLAH

En abril de 1974, pronto hará cincuenta años, Antonio Gades ponía en pie 'Bodas de sangre' un ballet basado en la obra de García Lorca. El artista nacido en Elda (Alicante) no lo sabía, pero estaba marcando un hito en la historia de ... la danza española con esta coreografía, una de las versiones con más perfume lorquiano a pesar de no tener en ella una sola palabra del poeta. La intervención, años después, de Carlos Saura, que la llevaría al cine, fue crucial igualmente en el desarrollo de la danza española.

Los Veranos de la Villa madrileños han querido celebrar este medio siglo de historia (y el 60º aniversario de la Compañía Antonio Gades) y abren su programación en el patio del Centro Cultural Conde Duque con la puesta en escena de la emblemática coreografía, que estará en cartel los días 18 y 19 de julio (completa el programa 'Suite flamenca').

Eugenia Eiriz, viuda de Antonio Gades y directora general de la Fundación que lleva el nombre del artista, compara la trascendencia de 'Bodas de sangre' para la danza española con la del 'Guernica' de Picasso para la pintura. «Gades hizo una coreografía para que la pudiera bailar cualquier bailarín, no solo los bailarines de danza española». De hecho, la obra está en el repertorio del Ballet Nacional de Cuba desde hace tiempo, y la han interpretado también otras compañías clásicas».

La directora artística de la Compañía Antonio Gades es Stella Araúzo, vinculada con el bailarín y coreógrafo desde que tenía 18 años. «Hay que vivirla con frescura -dice de la obra- y así se lo tengo que transmitir a los bailarines; no puede ser una copia de lo que hizo Gades». En 'Bodas de sangre', añade, «todo nace desde el estómago, desde las vísceras. Las nuevas generaciones de bailarines son muy interesantes, vienen con ilusión, técnica magnífica y una gran 'verborrea de pasos', y hay que recordarles la esencialidad del baile. Que con un brazo tienen que contar una emoción, con un movimiento de cabeza un sentimiento».

«Antonio Gades decía que no quería ver bailar a una compañía, sino a un pueblo», completa María Estévez, hija del artista y presidenta de la Fundación. «Pulió la obra al máximo -añade-; lo más importante era contar la historia -lo hizo junto a Alfredo Mañas-, y no trabajó en la música -de Emilio de Diego- hasta que no tuvo claro ese aspecto».

Las funciones de 'Bodas de sangre' se han completado con dos clases magistrales: una de ellas dirigida a personas con conocimientos de danza (especialmente danza española y/o flamenco), y otra para familias con niños y niñas a partir de los 7 años. Además, el día 19 se ofrecerá un paseo escénico previo para personas con discapacidad visual e intelectual que vayan a asistir a la función posterior.

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