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Trece jóvenes psicópatas, a escena

En «#LaIRA», un puñado de actores dirigidos por José Martret profundizan sobre la realidad de este fenómeno criminal

Una escena de «#LaIra#» Teatros del Canal

J. B.

«La menor decapitada en Reus tenía 17 años y su asesino, 19». Este titular, aparecido en un periódico hace un año, es un ejemplo de lo que ha movido la investigación llevada a cabo por siete jóvenes actores junto con el director José Martret , y que ha desembocado en una función titulada « #LaIRA «; el viernes 15 -Filomena mediante- se estrena en los Teatros del Canal.

«#LaIRA» se ha creado a partir de 13 casos reales de crímenes perpetrados por jóvenes psicópatas -explica Martret, creador de dos de los proyectos teatrales más fascinantes del panorama teatral madrileño en los últimos años: La casa de la portera y La pensión de las pulgas -. Siete jóvenes actores seleccionan e investigan durante tres meses los diferentes casos, metiéndose en la piel de los asesinos y generando en paralelo la dramaturgia de esta obra. El resultado es un mosaico que expone la universalidad de la violencia«.

«Ponemos el foco -sigue Martret- sobre esos seres humanos, su entorno afectivo y familiar, sus orígenes, sus motivaciones y la consecuencia de sus actos . Intentamos adentrarnos en su línea de pensamiento, en sus necesidades y sus objetivos sin generar un juicio de valor«.

Candela Arestegui, Lucía Arestegui, Albino Hernández, Ana Lucas, Alba Rico y Julieta Toribio son los jóvenes intérpretes que, además, ha realizado la dramaturgia (en la que han participado además Belén Écija ) de este proyecto, gestado en el centro de formación actoral de Raquel Pérez. Junto con Martret estudiaron los casos escogidos y acudieron al juicio de Patrick Nogueira, el asesino de Pioz. «Nos hemos dado cuenta -dice el director- de que no hay ninguna marca externa que nos haga predecir lo que un ser humano es capaz de hacer si libera su bestia interior. Todo está en el interior. Los psicópatas son seres humanos con los que podemos compartir asiento en el metro, subir en un ascensor, ser compañero de clase o de trabajo, o incluso puede ser un miembro de nuestra familia».

La dirección del proyecto, asegura Martret, la ha abordado «con la empatía puesta en las víctimas, en los que ya no están, pero durante el estudio y el análisis de cada uno de los casos, entro en contradicción… siento una empatía total y una tristeza infinita por la chica de 17 años decapitada por su novio, pero luego pienso en ese chico de 19 años capaz de cometer esa atrocidad y no puedo parar de preguntarme: ¿Por qué? ¿Para qué? ¿De dónde nace ese impulso? ¿Viene provocado por una alteración genética o ha fallado algo en su entorno afectivo y educativo? Queremos depositar esta semilla en el espectador a través de los personajes, a través de sus palabras, de sus vivencias y de sus hechos para invitar a la reflexión «.

La empatía es precisamente una de las claves de este proyecto, para el que se ha contado con el asesoramiento de Bárbara Roy o, abogada defensora de José Bretón y Patrick Nogueira, entre otros. «Con la psiquiatra Judith Mesa Pérez -explica Martret-, hemos estudiado los casos intentando entender el porqué, buscando un denominador común. Hemos puesto la atención en el enfoque sistémico que permite la interacción de los factores genéticos, neurofisiológicos, neuropsicológicos, cognitivos, familiares y sociales. También hemos analizado la falta de empatía y el apego inseguro que precipitan las conductas destructivas ya que la empatía es un elemento indispensable para el desarrollo moral«.

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