Hazte premium Hazte premium

Sexo, brutalidad, drogas y religión: cuando el teatro se envuelve en polémica

La obra «Mount Olympus», representada en Madrid, abre el debate sobre la transgresión, la libertad de expresión y los planteamientos escénicos controvertidos

Un momento del pase gráfico de "Mount Olympus", del director y coreógrafo belga Jan Fabre EFE

J.M.SÁNCHEZ

El sexo vende. No hay duda que intentar destapar las pasiones mundanas y los instintos más bajos contribuye a generar expectación. El teatro, como disciplina artística, tiene un poder evocador que, llevado a los extremos, puede producir sentimientos encontrados . Los escenarios se han aprovechado para representar y visibilizar los conflictos y problemas sociales. Las licencias tomadas por muchos directores a la hora de hacer suya una obra. Algunas internacionalmente conocidas como la ópera «Carmen» del genio francés Georges Bizet, que recientemente ha puesto de relieve un cambio de tintes feministas que los más puristas han criticado pero ha abrazado con soltura otro sector de aficionados.

La dinámica es la misma de siempre : meter a una determinada obra en el amplio saco de la cultura. Pero, qué es cultura; el término proviene del latín «cultus», que hace referencia al cultivo del espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre. Los vaivenes son constantes y en cada época se ha moldeado y asumido de diversas formas, pero la provocación ha prendido la llama, en múltiples ocasiones, del interés cultural.

La obra «Mount Olympus» , reciente representada en los Teatros del Canal en Madrid, ha sucumbido en ese efecto dinamizador de acercarse a un público curioso que han querido comprobar in situ de una puesta en escena que pretende lucir una «verdadera catarsis física y mental» inspirada en la cara más oscura de la tragedia griega, con sexo explícito incluido. Lo que es evidente es que ésta y otras tantas representaciones a lo largo del último siglo no han dejado indiferentes a nadie.

«Cabaret», rompiendo moldes

Sinónimo de sensualidad y pasión, «Cabaret» ha marcado generaciones enteras. Estrenada en 1966, la función se ambientaba en el Berlín de 1931, en un momento en el que, históricamente hablando, el nazismo comenzaba a despertar. El musical de Broadway se ha representado hasta la actualidad. El libreto de Joe Masteroff , la puesta en escena, las atrevidas bailarinas lograron un rotundo éxito pese a que también generó cierta controversia entre un sector del público de la época.

«Hair» y la cultura hippie

Muchas funciones han perseguido precisamente eso, provocar, dejar al lado la ambigüedad, o aprovecharse de ella, intentar trascender y ser arrebatadora. En definitiva, ser transgresor, pero han llegado con la polémica por bandera. «Hair», una ópera beat que se puso en marcha allá por 1967, pretendía acercar, en los albores de una revolución social, la cultura hippie en los Estados Unidos. Como tal, se acudía a las drogas, la libertad sexual o los siempre recurrentes términos de paz y amor. No faltaron los desnudos integrales al final del acto, lo que generó en su momento un gran impacto social entre los detractores y defensores. De aquel episodio quedó plasmada en la memoria una de sus canciones, «Aquarius».

«Equus», la perversión equina

Estrenada en 1973, y aspirando a romper los cánones establecidos en la época, la obra del malogrado dramaturgo británico Peter Shaffer, resalta la historia de un psiquiatra que pretende tratar a un joven adolescente que padece una extraña fascinación sexual y religiosa por los caballos. Perturbador. Durante uno de los actos, la actriz finge un orgasmo mientras monta a uno de los equinos. ​En una adaptación actual, el actor que interpreta al mago de la ficción Harry Potter, Daniel Radcliffe , daba vida a uno de los personajes . Aparecía desnudo y escenificaba el acto sexual.

«Gang Bang» en Barcelona

El título de la función no oculta secreto alguno. Esta particular orgía se transforma en un cóctel de religión, drogas y sexo que, como no podía ser menos, venía a agitar las mentes de los asistentes. Actores semidesnudos, fumando en el escenario. No estuvo exenta de polémica en su estreno en Barcelona en 2011 , que vino precedida de un boicot por grupos ultracatólicos, que arremetieron duramente contra los responsables al mostrarse en contra de este proyecto subvencionado con dinero público. Algo tendría que ver su planteamiento al situar la acción en un local de intercambios sexuales gays durante la visita del Papa Benedicto XVI a la capital catalana.

Avenue Q, atrevidos muñecos adultos

Descarado, atrevido, ¿adulto? El musical se creó en 2003 y la idea era replicar en el teatro Nuevo Apolo de Madrid el éxito cosechado en Broadway . Y, aunque se recurre a figuras, máscaras y, sobre todo, muñecos, este Barrio Sésamo para maduritos no estaba enfocado al público infantil. Durante su representación se pasea por cuestiones como la homosexualidad, el porno, la droga o el racismo.

«Cleansed» y la tortura

En la semana del estreno en el Teatro Nacional inglés se desmayaron cinco personas y unos cuarenta abandonaron la sala a los veinte minutos de comenzar esta obra que contiene escenas de violencia y sexo explícitas, tanto heterosexual como gay. Una ración de imágenes impactantes. El teatro de polémica de la dramaturga Sarah Kane , que se quitó la vida a los 28 años, lleva al extremo a la audiencia al exponerla a actividades y actividades que recibe en su rostro constantemente impulsos de todo tipo para recrear los horrores de la guerra de Yugoslavia y, por extensión, intentar concienciar al público.

«Moi, la mort...» y el terrorismo

El terrorismo es la columna vertebral de esta obra que recrea las últimas horas del terrorista que mató en Toulouse (Francia) en 2012 a siete personas . De nombre Mohamed Merah y de origen argelino, fue abatido por la policía mientras se practicaban registros. Los familiares de las víctimas pidieron su paralización. La obra, escrita por el también argelino Mohamed Kacimi, se basó en las 32 horas de conversaciones policiales grabadas entre el asesino y las fuerzas de seguridad.

«Carmen», un clásico en evolución

El cambio radical del final de la eterna obra de Bizet que se ha producido recientemente no deja de ser uno más entre la larga lista de adaptaciones que ha tenido a lo largo de los últimos años. Una de ellas, por ejemplo, trajo cola. Dirigida por Calixto Bieito , el director artístico aborda cuestiones terrenales y actuales, elevándose por el camino de la transgresión, y asaltando las mentes con escenas consideradas como ofensivas en las que la Carmen española y gitana es el centro de la actuación. Una bandera de españa utilizada como trapo de limpieza tuvo que ser retirada en la representación en España .

Con «Shakespeare in the Park» llegó el escándalo

Qué sucede cuando se ficciona con el asesinato de un presidente de los Estados Unidos. Recurso de márketing o exigencias del guión, en una de las escenas de esta obra se juega con la muerte de Donald Trump en un violento asesinato. El ciclo dedicado al célebre escritor británico William Shakespeare provocó una gran polémica. Este episodio se produce mientras se interpreta «Julio César» en una adaptación del drama en el que el protagonista, «casualmente» , es un «un hombre maduro, con una mata de pelo rubio anaranjado imposible, viste traje oscuro y corbata roja, escribe en Twitter desde una bañera de oro y su mujer tiene acento eslavo».

«La muerte y la doncella», porno para Polonia

Considerada en 2017 como «pornográfica» por la primera ministra polaca, Beata Szydlo , la obra vino precedida por las críticas de una organización católica. Inspirada en las novelas de la premio nobel austríaca Elfriede Jelinek y que explora la relación entre el verdugo y la víctima. Por la obra de la escritora se articulan posiciones feministas y los abusos sexuales sufridos por las mujeres.

Con la iglesia hemos topado

La imagen de un Jesucristo violando a una mujer musulmana que porta un hijab tras descender de la cruz fue el detonante para que la Iglesia Católica de Croacia se levantara en armas contra una obra de Oliver Frljic titulada «Nuestra violencia y su violencia», que versa en torno a la crisis humanitaria y las políticas de inmigración, la crisis de los refugiados en Europa. Una obra cargada de sexo en la que incluso una de las actrices, en un momento dado, se extrae de la vagina una bandera nacional, distinta en función del país donde se representa.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación