Rubén Olmo, nuevo director del Ballet Nacional de España

«Tengo tres objetivos -ha dicho Olmo-: difundir la danza española y conservar nuestro patrimonio , recuperar el patrimonio histórico creado dentro y fuera del Ballet Nacional, y abrir una nueva línea de trabajo de creación con atención a los jóvenes creadores».

Olmo es un bailarín y coreógrafo muy querido y respetado en la profesión, con una trayectoria basada en la discreción y el trabajo. «Soy una persona muy trabajadora . Ahora solo tengo ganas de ponerme la ropa de ensayo y empezar a crear con esta compañía, que es mi casa; aquí llegué a los 18 años, después de haber soñado muchas veces con bailar en el Ballet Nacional».

Considerado a sí mismo un puente entre la danza española y el flamenco, quiere que no sean algo diferente, sino que encuentren un lugar conjunto en el Ballet Nacional de España. « Ésta es la casa de todos ; quiero traer a artistas consolidados y a jóvenes creadores para que, si tienen que equivocarse, lo hagan. Después de un fracaso suele venir una genialidad».

Tiene claro que su labor va a ser continuista con el trabajo que ha desarrollado durante los últimos ocho años Antonio Najarro. No va a abrir el taller que éste cerró, ni cree que el Ballet Nacional necesite una escuela propia. «Los bailarines tienen que formarse fuera, tiene que pasar suficientes fatigas para llegar al BNE».

Aunque asegura que no va a crearse una obra para él mismo, Rubén Olmo sí tiene en mente crear coreografías ya desde el principio de su etapa al frente de la compañía. Y en cuanto a bailar, asegura: «de momento no voy a hacerlo, pero no me voy a cortar si en un futuro lo quiero hacer».

Licenciado en Danza Española y Clásica por el Conservatorio de Sevilla, Rubén Olmo (Sevilla, 1980) es actualmente coreógrafo, director e intérprete de referencia en la danza española, dice la biografía facilitada por el Ministerio.

Figuran en sus inicios el primer Taller Coreográfico de la Compañía Andaluza de Danza , dirigida entonces por María Pagés , y donde ingresó Olmo con catorce años, y la compañía de Javier Barón , donde un jovencísimo bailarín de dieciséis años debutaba en el espectáculo «El pájaro negro», con Belén Maya como bailaora principal. Con el espectáculo «Estamos solos» entra a formar parte de la Compañía de Danza Española de Aída Gómez como bailarín solista. En 1998 participa en la producción del Teatro de la Zarzuela «El barberillo de Lavapiés», con coreografía de Ramón Oller.

En marzo de 1998 ingresa en el Ballet Nacional de España . En abril del 2002 deja el BNE y pasa a formar parte de la Compañía de Eva Yerbabuena. En el BNE destacó pronto y poco tiempo después de su llegada a esta compañía ya interpretaba destacados roles. Algunos de ellos fueron el de bailarín principal en el trabajo «Luz del alma», con coreografía de Javier Latorre , y Calisto en «La Celestina», estrenada en el Teatro Real y con coreografía también de Ramón Oller.

Tras formar parte de la Compañía Metros, dirigida por Ramón Oller y la compañía de Rafael Amargo , y colaborar con Antonio Najarro en «Jazzing flamenco» (2008), en 2010, con su propia compañía, estrena «Tranquilo alboroto» y recibe el Premio Giraldillo de Oro al mejor coreógrafo en la XVI Bienal de Flamenco de Sevilla. Como director artístico del Ballet Flamenco de Andalucía (2011- 2013) crea «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías» y «Metáfora».

Ha colaborado en el montaje de «El Amor Brujo» con el Ballet Víctor Ullate-Comunidad de Madrid . Destaca igualmente su participación en la producción del Teatro Real de «El Público» de Mauricio Sotelo . En 2015 obtuvo el premio Nacional de Danza en la modalidad de Interpretación.