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ABC Cultural

Una mujer que crea su propia vida

Manuela Velasco y Raúl Fernández de Pablo, en una escena de 'La bella Dorotea' José Alberto Puertas
Diego Doncel

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Estrenada en 1963 en el Teatro de la Comedia, 'La bella Dorotea' es ya un clásico de Miguel Mihura. En ella el autor vuelve a poner sobre el escenario ese sueño de unas vidas vulgares sobre el que tanto le gustaba escribir. Él la definió, ... no sin ironía, como «la historia romántica de una mujer decente». La naturaleza ingeniosa de la trama (que ya alabó Torrente Ballester) y la naturaleza ingeniosa de su humor no le hacen evitar la sentimentalidad y el costumbrismo. Mihura fue un sentimental con guasa, un costumbrista que se hace saltar por los aires, un sarcástico y un tierno. Mihura, como en cierta medida Ramón Gómez de la Serna, no ve la realidad con ojos sombríos sino como un juego, como un diálogo entre la apariencia y el engaño. El juego aquí se establece entre los sueños de matrimonio de Dorotea y la realidad que los niega. A Mihura le gusta partir de un orden, en este caso la boda de Dorotea con Fermín, para crear un caos: la huida del novio y el duelo y la rebeldía de esta mujer hacia ese pueblo murmurador e infame que ha arruinado su vida y ante el que reacciona no dejando de vestir el traje de novia hasta que encuentre un nuevo marido.

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