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Justicia muy poética

Mona Martínez y Carmen Barrantes, en 'Las dos en punto' Jesús Ugalde
Julio Bravo

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Maruxa y Coralia Fandiño Ricart, 'las Marías de Santiago de Compostela', fueron dos patéticos personajes que cada día, a las dos en punto, salían a pasear por las calles de la localidad gallega. Su extravagante vestuario y su exagerado maquillaje les otorgaba un aire ridículo, y su comportamiento llevó a muchos a tacharles de locas.

La actriz, directora y autora gallega Esther Fernández Carrodeguas supo de su existencia por la estatua que las recuerda en Santiago, y con esta obra ha querido rescatar su memoria y su historia, la que llevó a las dos mujeres a esa vida de alguna manera errática. 'Esta obra es un acto de justicia poética', ha dicho la autora.

Y poesía es, precisamente, lo que Natalia Menéndez ha puesto sobre el escenario en un montaje bellísimo, lleno de sensibilidad, de compasión, de delicadeza y de ternura, en consonancia con el texto de Esther F. Carrodaguas. En él, Maruja y Coralia se presentan casi como una pareja de payasos, el augusto y el carablanca, vagando por las calles de Santiago, mirando y piropeando a los hombres, bebiendo a tragos una botella de vino Sansón, retocando su maquillaje y mostrando su desequilibrio. Maruxa ejerce su autoridad como la hermana mayor, mientras que Coralia es a menudo tan solo el eco de las palabras de su hermana.

El texto juega con esas incoherencias, con esos desvaríos, y brinda un cariñoso retrato de las dos hermanas. Solo a destellos, y es dónde cojea la propuesta de la autora, se cuenta al espectador el por qué de la situación; se echa de menos que se profundice en su historia, algo que seguramente hubiera dado más alas al poético relato.

Natalia Menéndez cubre esas pequeñas deficiencias apoyada en la escenografía y vestuario de Elisa Sanz , en las luces de Juanjo Llorens , en los audivisuales de Álvaro Luna -magníficos los tres- y, sobre todo, en la tan acertada como comprometida composición de las dos actrices, Mona Martínez y Carmen Barrantes . Entre ellas dos y la directora dibujan una pareja conmovedora, cercana y enternecedora. Su arrebatadora interpretación es la cúspide de un magnífico espectáculo.

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