Juan Diego Botto encarna a un Lorca «juguetón, lúdico, luminoso»

Lorca es, admite Botto, un compañero de viaje desde hace muchos años. Su idea primitiva era hacer un recital con sus textos, pero estudiándolos descubrió «muchos ecos que vibraban en nuestro presente: en sus decisiones, en sus encrucijadas». Y así el recital fue derivando a un espectáculo. «Yo quería algo que fuera vivo -la primera obligación del arte es no aburrir-. Echar la mirada hacia atrás solo sirve cuando se dialoga con nuestra actualidad ». El autor e intérprete no quería «ver a Lorca como un poeta celebrado y laureado, homenajeado y representado, sino como a un hombre de la cultura de nuestros días. No como al referente más internacional de la cultura española del siglo XX, sino como a un joven poeta que buscaba simplemente la manera de hacer buenas piezas artísticas y mejorar como podía la España de su tiempo que tanto amaba».

Y pone un ejemplo de esa 'actualidad' de García Lorca . «La creación de 'La barraca', el grupo de teatro con el que recorrió España, fue un encargo del ministro de Instrucción Pública, Fernando de los Ríos, y hubo medios que acusaron al poeta de vivir de las subvenciones públicas».

Juan Diego Botto y Sergio Peris Mencheta firmaron, hace casi una década, un magnífico espectáculo, ' Un trozo invisible de este mundo '; los dos buscaban la ocasión de volver a trabajar juntos. Cuando ambos se reunieron y Botto le contó su idea, explican, Peris se enamoró de ella inmediatamente. «Juan -dice el director- es un gran narrador, y me fascinó tanto el relato como la historia». Botto tenía en la cabeza un espectáculo con dos actores, pero Peris estaba convencido de que debía ser un monólogo . «Y tenía razón», reconoce Botto.

El actor se introduce en la piel de Federico García Lorca, tratando de reflejar el carisma y la luminosidad que desprendía el poeta granadino, según el testimonio de quienes le conocieron. De esa luz pretende contagiarse el espectáculo: «Intenté trazar un dibujo de nuestra actualidad guiado por la obra y la mirada de Lorca. Y hacerlo de forma atrevida, dinámica y audaz. Sin perder de vista el respeto a la obra del poeta ni el sentido del humor que permite que entremos en territorios que de otra manera resultarían excesivamente hostiles. El espectáculo quiere ser juguetón, lúdico, luminoso». «No es críptico, es cristalino», sentencia Peris Mencheta.

En 'Una noche sin luna', Juan Diego Botto mezcla sus textos con los del propio Lorca. Ha buceado especialmente en sus conferencias, en entrevistas, charlas, y también, claro, en su obra poética y dramática. «Pero el texto está tan bien hilado que incluso ahora yo no estoy seguro de qué frases son de Juan y cuáles son de Lorca».

Con esta obra, Botto se quería alejar de su teatro anterior, obsesionado con la Argentina de los desaparecidos, con el exilio y la ausencia. «Pero me he dado cuenta de que es una obra sobre un desaparecido y que es fundamentalmente un ejercicio de memoria . Llevo toda la vida escribiendo sobre lo mismo, hablando sobre la impunidad, la memoria, la justicia...» «Pero aquí no es Juan quien denuncia, sino Federico», concluye Peris Mencheta.