FLAMENCO «Romancero gitano»
Poemas de Lorca. Intérpretes: Compañía Kalós (Teatro, Música y Danza, S. L). Dirección: Francisco Suárez. Música: Cachapines. Lugar: Teatro Alcázar. 21-VII-05
MANUEL RÍOS RUIZ
Una vez más se aflamenca una obra de Federico García Lorca. Y en esta ocasión no ha sido un ... título teatral, sino su libro poético más popular: «Romancero gitano». El atrevimiento corresponde a un avezado director, Francisco Sánchez, con cierta experiencia en escenificaciones del género jondo. Y explica su realización con las siguientes palabras: «Este montaje es una ceremonia donde se invoca la presencia de García Lorca. Una gitana canta una nana ante su tumba. Federico redivivo, resucitado ahora, escribe sobre el suelo blanco del escenario su Romancero. Del milagro de sus palabras nacen sus personajes».
Quizá la idea fuera buena, pero las forma decididas para su interpretación no la secundan. El Federico que entra y sale continuamente de escena danza sin una deseada donosura, se revuelca por el suelo sin donaire, dormita, se despeina, se pone y se quita la chaqueta, pierde la corbata de palomita, se arruga la indumentaria, escribe agachado en las tablas o en los paneles... O sea, se incrusta en las coreografías sin añadir nada capital y lo que consigue es distraer la atención del espectador de lo verdaderamente artístico que se representa, en un escenario dividido por una plataforma metálica para originar dos espacios, como único aderezo. Consideramos que el espectáculo podría discurrir sin su presencia, salvo en la primera estampa. Tal vez si su asistencia se originara más sigilosa, tendría encanto.
Nueve ceremonias o romances ha escogido muy acertadamente para su interpretación Francisco Sánchez: «Romance de la Luna, Luna», «Soledad Montoya», «El contrabandista sonámbulo», «Reyerta», «Preciosa y el aire», «Anunciación de los Reyes», «Prendimiento y muerte de Antoñito El Camborio», «El emplazado» y «Romance de la Guardia Civil española».
Hay que destacar la labor de las voces cantaoras -Juan de Pura. Aurora Losada y Simón Román- por el tratamiento estilístico que han de infligirle a los romances y las dificultad que ese tratamiento le imprime a los cambios de entonaciones. También el bien bailar de Kelián Jiménez y José Maya, que con Alegría Suárez, ofrecen lo más sobresaliente de la función. Una función que el respetable despidió con nutridos y largos aplausos.
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