Fallece Ariel Goldenberg, pasión por la escena

Antes, ya Goldenberg contaba con una gran experiencia en el mundo de las tablas, comenzada en los Teatros Payró y Margarita Xirgu de Buenos Aires, su ciudad natal. Allí nació Goldenberg el 2 de febrero de 1951, en el seno de una familia de ancestros judíos, de padre rumano y madre polaca. Empezó su andadura europea en Francia, en los años ochenta del pasado siglo, en el Festival de Nancy, y pronto, tras una breve etapa al frente del Festival de Múnich, se hizo cargo de la dirección del Teatro de Bobigny y del parisino Théâtre National de Chaillot. Igualmente, por esas fechas, llega a España de la mano de una compañía gala en la etapa en que José Luis Gómez dirige el Teatro Español. En un Madrid en ebullición cultural , inicia su relación con la Asociación Caballo de Bastos, baluarte del teatro independiente en la Sala Cadarso, y reflota su Festival Internacional de Teatro.

Ariel Goldenberg tenía una extraordinaria facilidad para los idiomas . Además de español, hablaba francés, alemán, inglés, italiano, portugués y yiddish, a la que sumaba una extraordinaria capacidad de trabajo que le permitió compaginar con eficacia varios cometidos. Y siempre sin perder los nervios ni sentirse desbordado, haciendo gala de un talante cordial, cercano, dialogante y siempre dispuesto a potenciar el teatro desde distintos frentes. Lo pude comprobar -me permito una referencia personal-, cuando tuve el privilegio de conocerle en octubre de 2005, en la inauguración del curso de la Escuela Superior de Arte Dramático de Torrelodones/Universidad de Kent. Goldenberg dictó una maravillosa e inolvidable lección magistral, donde dio cumplida muestra de su sabiduría sobre nuestro teatro, al que apreciaba enormemente, que despertó el entusiasmo de los estudiantes y de todo el público asistente al acto. Nacionalizado español en 1987, en su fructífera existencia vivió en varias ciudades, pero, nos confesó, se sentía especialmente cómodo en la capital de España.