Cosas de amores
«El tiempo corre a favor de Manuel García, cantante, compositor, empresario, pedagogo, además de padre de María Malibrán, Pauline Viardot-García y Manuel Patricio Rodríguez García, sistematizador de su método de canto»

El tiempo corre a favor de Manuel García, cantante, compositor, empresario, pedagogo, además de padre de María Malibrán, Pauline Viardot-García y Manuel Patricio Rodríguez García, sistematizador de su método de canto. Baltasar Saldoni en su 'Diccionario de efemérides', aclara que fue «uno de los ... músicos que más honran a su patria y de universal reputación». Y hoy, siglo y medio después, cualquier aproximación a su figura continua insistiendo en la trascendencia del personaje y su legado. Los textos más actuales, desde Randomsky a Moreno Mengíbar, se rinden ante una acumulación de sucesos de sabor aventurero, afán heroico, triunfo artístico. Existen otros en relación con el carácter áspero, en ocasiones cercano a la brutalidad. García no conocía escollos y su amor propio debió ser importante. A punto de alcanzar los años de retiro y mientras recogía los últimos triunfos en México, donde se vio envuelto en el proceloso mundillo de las disputas políticas, varios bandoleros le robaron todas sus pertenencias y fortuna. De vuelta Francia se repuso dedicándose a la docencia mediante la aplicación de principios propios que incluían lecciones prácticas en forma de obras representables, con la que mostrar en sociedad las capacidades vocales de sus alumnos.
La Fundación Juan March es una de las instituciones que han seguido la obra de García con más fidelidad. El último periodo francés, más concretamente sus óperas de salón para voces y piano, sintonizan con el proyecto Teatro Musical de Cámara que cumple trece años de recorrido y donde ya se han visto "Le cinesi" (2017) e "Il finto sordo" (2019). Se estrena ahora "I tre gobbi", renovando la colaboración con el Teatro de la Zarzuela, y se espera para diciembre la escenificación de "Un avvertimento ai gelosi" en una producción del Centre de Perfeccionament del Palau de les Arts de Valencia. "I tre gobbi" se representa en la March hasta el 4 de octubre, con transmisión por Radio Clásica y en "streaming". Pasará luego al repositorio digital de la institución donde son accesibles todas las actividades.
"I tre gobbi" añade sobre otras obras de García la sensatez de un texto bien tramado. El compositor miró al "intermezzo" "La favola de’tre gobbi" de Carlo Goldoni y dibujó una obra de aparente ligereza. José Luis Arellano, director teatral de la propuesta, anticipa en su análisis un cierto sentido moral, que en realidad es más libertino que aleccionador lo que implica una inconfesable satisfacción general. La historia cruzada de amores, engaños y regalos entre tres ricos jorobados y la dama que quieren conquistar, Madama Vezzosa, se explica en el coro final cantando a la alegría del "amar en compañía", "lieto fine" en el que no cabe juicio sino recompensa. La Venecia de Goldoni era una escenario de infinitas posibilidades que aún hoy es posible conocer asomándose al "sotoportego de le pute" tras haber girado por la "calle dei santi", en el barrio de Castello.
Por eso "I tre gobbi" se arma en un enredo bullicioso al que Arellano exprime en una espacio apretado, apenas un palio longitudinal y descubierto en el que la aceleración se acentúa con el uso de sillas de ruedas y una estimulante gesticulación de la que participa un quinto personaje, bailarín, perro de compañía, sirviente y estímulo de perdición. La recreación de un teatro íntimo acaba por ser un espectáculo de amplia mira, trabajado y minucioso, que se crece en vestuario de Ikerne Giménez y se anima en el sugerente rojo de la escenografía, un punto homogénea por la regularidad de la iluminación. Incluso por la homogeneidad interpretativa con la Rubén Fernández Aguirre, desde el piano, cohesiona el total. La versión musical no está exenta de escollos incluso de anacronismo al añadir, como ya se hizo en otras producciones, un interludio instrumental ajeno a la obra; aquí el "preludio de Mirambel 1", "in memoriam" Antón García Abril que, como dos pistolas, acompaña al gesto congelado que en ese momento tienen los bienventurados intérpretes.
Ellos son el núcleo que da sentido a la obra, los que la sugieren y recrean. Hay una impresión de conjunto bien avenido que adquiere buenos matices. Cristina Toledo en su papel protagonista dibuja una Madame Vezzosa capaz de vivificar el cotarro y hacerlo con claridad y limpieza vocal. En la representación del domingo David Alegret, como Bellavita, transitó con soltura y una decidida interpretación. Javier Povedano hizo alarde vocal en su representación de Parpagnacco, potente, decidido y muy matizado tras romper el miedo inicial. Fue estupenda y un alarde facultades el aria del segundo acto, “Se vi guardo ben bene nel volto”. Por último, David el barítono resolvió con brillantez un papel complicado, lleno de tartamudeos. El Barón Macacco fue el tercer pretendiente de una dama tan alegre como generosa. Con todo ello, "I tre gobbi" se presenta ahora como primera interpretación moderna en España. Mejor aún, como complemento al retrato musical del muy admirado músico Manuel García: "Consuélate García, a ti está prometida la inmortalidad", leyó durante el entierro su amigo Castil-Blaze.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete