«Caprichos para violín y cuerpo» lo es también para los sentidos
El violista Ara Malikian estará presente con este espectáculo en el Teatro Bellas Artes de Madrid hasta el 12 de agosto
Los «Veinticuatro caprichos» del compositor Niccolò Paganini toman cuerpo y vida de la mano del brillante violinista Ara Malikian , así como del trabajado esfuerzo de los bailarines, que demuestran una limpia y cuidada coreografía entorno al músico.
El ritmo ... de la actuación va íntimamente acompasado con el tocar del violinista libanés, llegando a sentirse como un sólo cuerpo en el escenario. Tanto es así, que Malikian parece ir dando vida a los bailarines con cada nota musical que va tocando. La tremenda destreza de los golpes de su arco sobre las cuerdas del instrumento van dando forma a la hermosa melodía que un día hizo posible el prestigioso compositor genovés.
La danza no solo es cosa de la compañía teatral «Dragones en el andamio» sino que Malikian es el centro de esa coreografía. Así pues los bailarines se apoyan en él e interactúan con el violinista haciendo rotar y vibrar tanto al músico como a los asistentes. Fabulosa unión que hace de esta obra algo único y conmovedor.
–Teniendo en cuenta que la obra de Paganini está compuesta como un solo para violín ¿Cómo habéis conseguido aunar los dos elementos de música y danza?
–Los músicos y los bailarines normalmente están separados, nosotros queríamos unirlos y que fueran un cuerpo entero. Como músico es un poco difícil porque cuando aprendemos a tocar siempre piensas en tus dedos, brazos y música en vez del movimiento del cuerpo. Pero es otro mundo, la cosa va aún más fácil cuando uno empieza a moverse.
–¿Te sientes parte de los bailarines?
–Es un lujo poder estar con ellos y que me utilicen para hacer su coreografía. Es algo que no se ha hecho mucho y animo a que otros músicos lo hagan pues se les abrirá otro horizonte.
–¿Cómo puedes concentrarte y no distraerte al lado del cuerpo de baile, con el que además interactúas?
Al contrario, es más fácil de lo que parece. Hay que estar más pendiente del conjunto del espectáculo y de los movimientos de los demás, pero eso a la larga es mejor pues facilita bastante a la hora de tocar.
–¿De todas tus actuaciones podrías decir que esta es la más completa?
–No, la verdad es que siempre intentamos que sea completa. Es verdad que ésta combina la música con la danza pero creo que también se puede hacer un concierto estando sentado y, aun así, puede ser muy completo. Lo importante es que cualquier cosa que se haga consiga emocionar a la gente.
– Los caprichos del compositor Niccolò Paganini son muy complejos desde el punto de vista técnico. Y aunque llevas más de treinta años tocándolos, ¿cómo te enfrentas a este reto tan grande para todo violinista?
–Lo estoy tocando toda la vida. Los caprichos son un deber para todo violinista, realmente imprescindibles, poder tocarlos hoy es un lujo y llevar un espectáculo así es algo que nunca había pensado. Son muy difíciles técnicamente pero todo es posible trabajando duro y practicando.
– Teniendo en cuenta la difícil técnica de estas piezas, ¿Qué es más difícil tocar o sentir?
–Lo más complejo es que algo tan técnico pueda llegar a emocionar al público. Eso es lo que quería Paganini, que la gente se emocionará con la técnica.
–¿Cuál de los caprichos es tu favorito?
–La verdad es que veo los caprichos como un conjunto, cada uno complementa el otro. De hecho Paganini lo puso como una obra entera. Cada capricho fue una novedad en su época tecnicamente, pues cada uno aportaba algo nuevo al anterior.
–Llevas mucho tiempo tocando, ¿qué hay del Ara que empezó?, ¿qué hay del sentimiento al tocar?
–Ahora tengo mucho más sentimiento. He tenido mucha suerte, ningún año se parece al año anterior, siempre ha sido diferente y por eso cada año y en cada concierto aprendo algo. Tengo espacio de crecer y lo bonito es que hoy en día tengo más ilusión que hace diez años o veinte años. Espero que este amor e ilusión nunca se me acabe.
–Has estado en muchos lugares como: Alemania, Francia, Inglaterra, ¿Qué destacas de España?, ¿por qué has decidido establecerte en España?
–Me he quedado aquí no por lo profesional sino por el país, la manera de vivir, la gente. Musicalmente España no tiene que envidiar a otros países. Aquí hay mucho aficionado a la música, se crea mucho y hay muy buenos músicos, está en el mismo nivel o incluso lo ha superado.
–¿Destacarías algún músico de este país?, ¿alguno que te haya servido de inspiración?
–Hay muchos, pero Paco de Lucía es un fuera de serie. Un guitarrista con un don y una posibilidad increíble, no hay otro igual.
–¿En el futuro que tienes pensado hacer?
–Lo mismo, seguir girando, haciendo mis proyectos, conociendo nuevos amigos músicos y países. Pero lo que espero es tener la misma ilusión como he tenido hasta ahora.
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