«El barberillo de Lavapiés», intrigas entre bailes y callejones
La Zarzuela presenta una nueva producción de uno de los más grandes títulos del repertorio lírico español
«¡Ay, señora, qué ilusión / creer que porque ha cambiado / el secretario de Estado / será feliz la nación! / Aunque suban a millares / a enmendar pasados hierros, / siempre son los mismos perros / con diferentes collares...» Salvo por el hecho de estar dichas en verso, no sería ... difícil escuchar estas palabras, o algunas similares, a cualquier tertuliano de cafetería o de televisión, que vienen a ser algo parecido. Pero son de Luis Mariano de Larra , y forman parte del libreto que escribió para una de las más sobresalientes zarzuelas del repertorio: « El barberillo de Lavapiés », de Francisco Asenjo Barbieri ; una obra estrenada en el Teatro de la Zarzuela de Madrid , el 18 de Diciembre de 1874, hace ciento cuarenta y cinco años.
El propio coliseo de la calle de Jovellanos rescata ahora esta obra maestra, y lo hace de la mano de José Miguel Pérez-Sierra (dirección musical) y Alfredo Sanzol (dirección de escena). El equipo artístico incluye también a Alejandro Andújar (escenografía y vestuario), Pedro Yagüe (iluminación) y Antonio Ruz (coreografía). Conforman el doble reparto Borja Quiza y David Oller, que se alternan como Lamparilla; Cristina Faus y Ana Cristina Marco (Paloma), María Miró y Cristina Toledo (Marquesita del Bierzo), Javier Tomé y Francisco Corujo (Don Luis de Haro), David Sánchez (Don Juan de Peralta) y Abel García (Don Pedro de Monforte).
«El barberillo de Lavapiés» es la primera zarzuela que aborda Alfredo Sanzol (premio Nacional de Literatura Dramática), aunque varias de sus puestas en escena pueden ser en cierto modo deudoras de ese universo. «Mi literatura es de alguna manera una partitura camuflada . El ritmo es parte esencial de cualquier manifestación escénica y la música el único arte que no necesita permiso para entrar».
Su montaje, explica, sigue un estilo «minimalista» y juega con dos tensiones que presenta el libreto -«que me parece, al igual que la música, verdaderamente fantástico», dice Sanzol-: los espacios abiertos, que acogen la fiesta (para la que Antonio Ruz ha llenado la escena de baile y movimiento), y las estrechas callejas de Madrid, escenario de las intrigas políticas ». Y éstas son uno de los ejes en torno a los que gira la trama de esta obra. «El trasfondo está claro -sigue el director-. ”El barberillo de Lavapiés” habla de cómo las intrigas políticas de los que tienen el poder influyen en nuestra vida hasta bloquearla».
Francisco Asenjo Barbieri era un devoto y confeso admirador de Rossini (esta zarzuela no puede ocultar su deuda con «El barbero de Sevilla»). Pérez-Sierra es un especialista en este repertorio además de un madrileño irredento. « Lo soy más que el oso y el madroño », bromea. Esa mezcla entre la elegancia italiana y la chispa madrileña, unidas por un gran compositor, es lo que convierte a «El barberillo de Lavapiés» en una obra maestra . «Posiblemente la mejor de Barbieri».
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