Albert Boadella se despide de los teatros del Canal sin conocer a su sucesor

Boadella se marcha –«la nostalgia es un sentimiento que detesto», dijo– sin conocer al que será su sucesor al frente de estos teatros, el estandarte escénico de la Comunidad de Madrid. Jaime de los Santos , director general de Promoción Cultural, aseguró a un reducido grupo de periodistas que el nombre «se conocerá en breve ; antes de marcharnos de vacaciones»

Según De los Santos, todavía no hay decisión sobre si el nuevo director de los teatros del Canal saldrá de un concurso público o será designado por la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes –presente en el acto de despedida de Boadella–. Apostó sin embargo por la designación directa: «Hay un concurso público que son las elecciones autonómicas; además, este sistema sería muy dilatado en el tiempo y no es sinónimo de acierto ni de éxito».

Aunque al ser preguntado por los candidatos , Jaime de los Santos dijo que había «muchísimas posibilidades, porque España está lleno de nombres capaces de dirigir con garantías este espacio», redujo después a dos o tres –« no van a defraudar »– la lista de posibles sucesores de Boadella. Ha sido por respeto hacia él, precisamente, por lo que no se ha planteado hasta ahora, aseguró, esta cuestión.

Dijo el director general de Promoción Cultural que se precisa un director que sea al mismo tiempo un gestor; a los teatros del Canal únicamente les faltan, según su opinión, « identidad », y eso es lo que quiere que le otorgue el nuevo «director creativo». De los Santos empleó este término y no el de «director artístico» con intención. Sería bueno que el sucesor de Boadella , dijo, se comprometiera a dirigir una producción al año en el Canal, un lugar que ha de ser, en sus propias palabras, «un centro de creación».

Albert Boadella ha dirigido los teatros del Canal desde su apertura, en 2009. «Ahora recupero mi libertad ; no es que aquí no la tuviera, todo lo contrario. Pero recupero la libertad del artista, que tiene ciertas contradicciones con la función pública». ¿Por qué ha estado tanto tiempo al frente del teatro? «La emoción de levantar un teatro de la nada y comprobar que año tras año el público acude en masa a ver nuestras propuestas ha sido la droga dura que ha mantenido anestesiada mi personalidad desobediente». Ahora, convertido ya el teatro en un trasatlántico, cree el director catalán que es el momento de « tirarse por la borda ». Pero antes, un «consejo póstumo» para sus responsables: «ha costado mucho hacer este teatro y conviene cuidarlo»