crítica de danza

«La consagración de la primavera»: La impronta de un maestro

«La consagración de la primavera»: La impronta de un maestro abc

JULIO BRAVO

Angelin Preljocaj es un viejo conocido del público madrileño, ante quien ha presentado muchos de sus trabajos. En los teatros del Canal acaba de presentar su versión de «La consagración de la primavera» , una coreografía de 2001 sobre la obra de ... Stravinski , que cumple cien años de vida.

Preljocaj define esta partitura como un «verdadero monumento de la música del siglo XX» , y efectivamente lo es; fue compuesta para los Ballets Rusos de Diaghilev , y estrenada, con coreografía del legendario Vaslav Nijinski , el 29 de mayo de 1913 en medio de un gran escándalo.

Han pasado cien años, y la música de Stravinski sigue siendo una serpiente que se enrosca en el cuerpo del espectador, penetrante, sinuosa, agobiante y sorpresiva, de ritmos y colores fascinantes. Subtitulada «Imágenes de la Rusia pagana» , Stravinski y Nijinski imaginaron una historia que arranca con rituales primitivos para celebrar el nacimiento de la primavera y concluye con el sacrificio de una joven, que danza hasta la muerte.

Instintos primitivos

Preljocaj acude a la raíz de la obra en una coreografía extremadamente fiera, llena de potencia, de fuego y de sensualidad . Dominador de la escena, el vocabulario contemporáneo del coreógrafo francés exhibe letras mayúsculas, escritas con una tinta que impresiona la vista del espectador y una absoluta claridad. Su uso del canon y el vigor de sus movimientos son enormemente seductores y magnéticos.

Y como cómplices indispensables cuenta con los doce bailarines de su compañía, cuya entrega es verdaderamente encomiable; la coreografía es valiente, arriesgada, implacable en el esfuerzo físico que reclama. Impresiona, en los silencios, escuchar los agotados jadeos de los bailarines.

Preljocaj rasca en los deseos, en los instintos primitivos del ser humano, en una pieza despojada de artificios donde se muestran con crudeza diferentes aspectos del sexo que mueve al hombre, desde la violencia a la poesía; y teje, finalmente, una sugerente y magnética coreografía, perfecta ilustración de la ya de por sí expresiva partitura.

El programa se completa con otro trabajo del creador francés: «Anunciación» , un desigual dúo sobre el misterio bíblico que contiene momentos de extraordinaria belleza al lado de otros más oscuros.

«La consagración de la primavera»: La impronta de un maestro

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