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«Kooza», del Circo del Sol: acrobacias y fantasías

La compañía estrena en Madrid un espectáculo en el que regresa a sus orígenes

«Kooza», del Circo del Sol: acrobacias y fantasías ABC

JULIO BRAVO

Koza es una palabra del sánscrito que significa «caja», «baúl» o «tesoro». De esta caja emerge, en «Kooza», el circo que conforma el espectáculo con el que el Circo del Sol regresa a Madrid; en él la compañía regresa a la esencia del circo, en un espectáculo que, con su habitual envoltorio de fantasía y sofisticación, centra el foco en lo circense y en números de gran espectacularidad y riesgo –especialmente el denominado la rueda de la muerte–. Estrenado en Canadá en el año 2007, a principios de este año comenzó en Londres su gira europea;tras Madrid, «Kooza» viaja a Bilbao y después a la ciudad belga de Knokke.

«“Kooza” regresa a los orígenes del Cirque du Soleil –dicen sus responsables– combinando dos tradiciones circenses: las acrobacias y los payasos. Este espectáculo pone de manifiesto, en toda su fragilidad y todo su esplendor, el dominio físico que requieren los números mediante una fusión colorista que se adereza con el humor descarado de los payasos».

David Shiner, un payaso norteamericano que trabajó con el Circo del Sol en su espectáculo «Nouvelle Experience», es el autor y director de «Kooza», del que dice que «versa sobre la conexión humana y el mundo de la dualidad, sobre lo que es bueno y lo que es malo, El tono es divertido y gracioso, ligero y abierto. Es un espectáculo que no se toma a sí mismo demasiado en serio, pero que tiene mucho que ver con las ideas. A medida que se va desgranando, explora conceptos como el miedo, la identidad, el reconocimiento social y el poder».

«“Kooza“ es el más circense de nuestros espectáculos», asegura Michael Smith, su director artístico. «Hay números peligrosos, de mucho riesgo. Hacemos todo lo posible por asegurar, pero el riesgo es una parte importante del circo; la gente viene para verlo. La idea global de “Kooza” es crear al tiempo asombro y temor, son dos características del circo tradicional».

Cincuenta artistas

En el espectáculo trabaja medio centenar de artistas y otras cien personas, entre técnicos y administrativos, de veintitrés nacionalidades. El vestuario, compuesto por más de mil piezas (entre trajes, zapatos, accesorios y pelucas) lo firma Marie-Chantale Vaillancourt, habitual colaboradora de Robert Lepage, y que ya trabajó con el Circo del Sol en «KÀ», uno de los espectáculos residentes en Las Vegas. «Para el vestuario de “Kooza” me inspiré en fuentes tan diversas como las novelas gráficas, la pintura de Gustav Klimt, el Baron Münchhausen, las películas de Mad Max, las historias de viajes en el tiempo, la India y Europa del Este». El escenario está diseñado por Stéphane Roy, la iluminación concebida por Martin Labreque, la música compuesta por Jean-François Côté y la coreografía creada por Clarence Ford.

Con los números acrobáticos y el humor de los payasos como columna vertebral, en «Kooza» hay números muy tradicionales, desde contorsionistas a trapecistas o equilibristas sobre sillas. Entre ellos, además de la Rueda de la Muerte, destaca el de alambre en altura, protagonizado por tres hermanos madrileños: Los Quirós (Vicente, Ángel y Roberto), quinta generación de una familia circense.

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