Taylor Swift: un monstruo llamado Kanye West viene a verme
Tierra trágame
La rubia de oro estadounidense se convirtió en la reina del fariseísmo obra y gracia del rapero y su pareja de entonces Kim Kardashian. Unos años antes, el ahora denominado Ye la había humillado en la gala de los MTV Video Music Awards
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El embarazoso momento creado por Kanye West ante Taylor Swift
Las caras de la vergüenza son múltiples, y ocurre que un ratico de suma incomodidad puede venir heredado. Acuérdense de 'el infierno son los otros', aquella frase de Jean-Paul Sartre de cuando no había redes sociales. En concreto, el infierno aquí es ... Kanye West, Ye o como demonios (sus ojos) se llame ahora. Y la legataria del rubor máximo, Taylor Swift, en los Video Music Awards en 2009.
Bebote en el bautizo y yermo (de Ye) en el entierro, el genio de 'I hate being bi-polar it's awesome' ('Odio ser bipolar es impresionante') enfrentó el ninguneo en sus inicios en la importante discográfica Roc-A Fella Records. Emociona verle porfiar junto al brillante Mos Def en un camerino en el documental 'Jeen-Yuhs', hay una fe e intensidad, una herida que es él también, también cuando se la preparó gordísima a la cantautora de Pensilvania en lo que podemos denominar técnicamente: ida de olla.
Por aquellas, Swift tenía 19 añitos y subió al estrado a recoger el premio a mejor videoclip. Su gran momento existencial, aunque no cómo esperaba, claro, pues por allí apareció también el otro sin invitación ni sentido y con gafas de sol en interior: «Me alegro mucho por ti, te voy a dejar terminar…», dijo el rapero sin dejarla terminar, por cierto, pues le había quitado el micro. Todos ojipláticos, y West la rebajó: «Beyoncé tenía uno de los mejores videoclips de todos los tiempos». Beyoncé boquiabierta, Swift en un maremágnum de desubicación y, de sonido ambiente, una ovación general con algún abucheo, para West en realidad, pero entonces Swift creyó que eran para ella. Un agobiazo televisado, vamos. Luego Pink le echó un capote en redes: «Kanye West es the biggest piece of shit on earth».
32 años gastaba ya entonces el autor de 'The Life of Pablo', que fue ligeramente cancelado. Luego la liaría más y más, un crescendo psicóticamente preocupante. Swift salió arropada, eso sí, y ganó poco después varios Grammy. Pasado el tiempo, ambos arreglaron el tema viral. Pero hablamos de un jugón del lío, el coronavirus de la amistad…¡y West se la volvió a hacer! En 2016, el rapero la llamó para pedirle permiso para cantar una frase controvertida en un nuevo tema. Y grabó la llamada sin decírselo. La frase era: «Siento que Taylor y yo podríamos acostarnos». Rara, sí, pero no era cruel y ella aceptó.
Lo que no sabía es que había una frase más. Faltaba: «¿Por qué? Porque hice famosa a esa puta». Cuando salió la canción, la artista de 'Cruel Summer' se quejó. Y Kim Kardashian, pareja entonces de West, publicó parte de la grabación para dejarla vendida. La rubia de oro estadounidense pasó a ser la rubia del fariseísmo; y desapareció del mapa rodeada de emojis de serpiente. Un año después regresó: «¿Soy una serpiente? Pues toma dos tazas de serpiente». Se volvió 'malota' en su nueva era, reconquisto el mundo. Más años después, se filtró la grabación completa y se vio como había sido engañada. Historia del pop y del marketing, valga la redundancia. El próximo año vendrá al Bernabéu con insuperable expectación. Y, curiosamente, esta noche ha arrasado 14 años después en los mismos MTV Video Awards. Esta vez sin Kanye-Ye para aguarle la fiesta. O hacerla eterna. O las dos cosas. El Everest de los salseos empezaba fuerte.