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ABC Cultural

Sostres en el campo: cuatro gallinas ponedoras

Un verano perdido

«Ceno en Gresca con un amigo de mi mujer que nos anuncia que se casa, es su tercera boda»

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Salvador Sostres

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Mi hija se ha instalado unos días en la finca de los abuelos de una amiga y me llamó ayer para explicarme que la segunda mujer del padre justo había comprado cuatro gallinas. Cuatro gallinas ponedoras. Pasaron la tarde construyendo un cobertizo y los ... nidos –no sé si nido es la palabra exacta en este caso– para que pongan. Se ve que hace dos veranos, cuando llegó a la familia, compró contra la opinión de todos un conejo. Le advirtieron repetidamente de los peligros pero no hizo caso y el advenedizo no superó la primera noche y encontraron su cadáver en el huerto, destripado por el perro. La irrupción de las gallinas ha disgustado a los abuelos, dueños de la propiedad.

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