Sorprendente descubrimiento en Pompeya: dibujos infantiles de peleas de gladiadores

El Parque Arqueológico de Pompeya explica que la exposición a formas extremas de violencia, como la plasmada en videojuegos o redes sociales, no es un problema solo actual, sino que ya existía también entre los niños pequeños (de 5 a 7 años tenían los que pintaron los diseños) en la antigua ciudad romana. La diferencia es que la sangre derramada en la arena en la antigüedad era real y que pocos veían como un «problema» las posibles repercusiones en el desarrollo psicomental de los niños pompeyanos.

En otros dibujos aparecen el contorno de tres manos pequeñas, dos figuras jugando con una pelota, una escena de caza de un animal que parece ser un jabalí y otra escena que representa a dos boxeadores con uno de ellos tirado en el suelo mientras el otro exulta.

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Ángel Gómez Fuentes

Los grafitos, aparecidos en una de las casas de la ínsula, la del Cenáculo con columnas, ayudarán a comprender mejor la infancia en tiempos de los antiguos romanos.

El Parque Arqueológico de Pompeya ha iniciado una colaboración con el departamento de neuropsiquiatría infantil de la Universidad Federico II de Nápoles para estudiar los dibujos descubiertos.

El director del Parque, Gabriel Zuchtriegel, explicó por qué los niños hicieron este tipo de diseños: «Junto con los psicólogos de la Universidad hemos llegado a la conclusión de que probablemente los dibujos de gladiadores y cazadores se realizaron a partir de una visión directa y no de modelos pictóricos. Probablemente uno o varios de los niños que jugaban en este patio, entre las cocinas, la letrina y el huerto para cultivar hortalizas, habían presenciado peleas en el anfiteatro, llegando a estar en contacto con una forma extrema de violencia convertida en espectáculo, con ejecuciones de criminales y esclavos. Los diseños -añade el director del Parque- nos muestran el impacto de estas luchas sobre la imaginación de un niño o una niña«.

La ínsula o conjunto de casas, de 2.600 metros cuadrados, es una muestra representativa de la vida cotidiana romana en el siglo I. Los arqueólogos descubrieron los restos de dos víctimas de la erupción del Vesubio en el 79 d.C., en el ingreso de la llamada 'Casa de los Pintores'. Sus habitaciones están dispuestas alrededor del peristilo -patio rodeado de columnas-, con un jardín que será reverdecido con las mismas variedades de plantas que allí se encuentran carbonizadas.

El dormitorio está finamente decorado con pinturas mitológicas, desde Perseo y Andrómeda hasta la unción de un guerrero. Delante, un fresco cuya iconografía no tiene precedentes: un niño encapuchado, tumbado sobre racimos de uvas y granadas, junto a su perrito. Hay quienes lo interpretan como un pequeño Baco o una alegoría del otoño. Otros, teniendo en cuenta la arquitectura de la tumba detrás del pequeño, lo ven como el retrato de un hijo fallecido de los propietarios.

En este complejo residencial pompeyano destaca también la casa llamada de los Castos Amantes, así llamada por un fresco en el que se representa una pareja dándose un beso durante un banquete. Esta vivienda, descubierta en abril, tuvo un destino doméstico y comercial, con un horno y molino. Otra casa, la citada del Cenáculo con columnas, con varias cocinas y letrinas, era quizás un albergue o posada en el centro de Pompeya.

Todos los ambientes de la ínsula son visibles. Desde ayer se puede visitar y observar las obras de restauración, gracias a un sistema de pasarelas con una estructura metálica elevada, incluyendo un ascensor, lo que permite a los turistas realizar un recorrido espectacular, nunca antes experimentado en Pompeya.