PROYECTO NAVAGERO
El soneto vuelve a La Alhambra, 500 años después
Ocurrió en 1526 durante la visita de Carlos V a Granada . Un encuentro entre el poeta Juan Boscán y Navagero, embajador de Venecia, dio origen a la composición poética
Una mañana con los jardineros de la Alhambra y el Generalife

Todo ocurrió aquí, en los jardines del Generalife, explica la catedrática de la Universidad de Granada y crítica literaria Remedios Sánchez, coordinadora del proyecto Navagero, un programa que pretende la recuperación de un género, el soneto, cuya forma definitiva surgió, en esta ciudad, ... durante la visita del emperador Carlos V, en 1526. Fue ahí, en la corte instalada en la ciudad palatina de la Alhambra, donde tuvo lugar un encuentro entre el poeta renacentista Juan Boscán y Andrea Navagero, embajador de Venecia. «La conversación entre ambos supuso un hecho esencial que vino a cambiar el modo de hacer versos en España desde el siglo XV», acota Sánchez, en pleno paseo por los jardines altos.
«La introducción de una composición poética conformada por catorce versos de arte mayor y rima consonante, normalmente endecasílabos, organizados en dos cuartetos y dos tercetos. Es decir, el soneto», asegura la catedrática, quien a partir de ahí propuso al Patronato de la Alhambra y Generalife rememorar este hecho literario con el proyecto cultural 'Navagero: La Alhambra al itálico modo', que propone la coexistencia entre la palabra escrita y el monumento a través de un programa de creación con plasmación editorial y audiovisual.
Más de 30 poetas
Con esa idea en mente, en 2022, Remedios Sánchez convocó autores de prestigio nacional e internacional para que compartieran sus impresiones sobre las composiciones «al itálico modo» y que, además, escribiesen uno de su puño y letra. Sánchez llamó a los premios nacionales de Literatura y de la Crítica Luis García Montero, Ángeles Mora, Raquel Lanseros, Javier Salvago o Juan Antonio González Iglesias, y también el premio Cervantes Antonio Gamoneda. El proyecto Navagero ha ampliado la nómina de poetas participantes, quienes acuden a la Alhambra con la profesora Remedios Sánchez. Ahí, graban en vídeo de 15 minutos —alojados en la microweb 'La Alhambra en verso' dentro de la página del Patronato— en el que no sólo ofrecen su opinión sobre el género del soneto y leen el que han escrito expresamente para el proyecto, sino que hablan de la situación actual de la poesía.
El patio de la Sultana
A las nueve y media de la mañana, la profesora Remedios Sánchez recorre los jardines Altos del Generalife con la poeta gallega Olga Novo, a quien ha convocado para este proyecto con un doble propósito: obtener de su puño y letra, y en su lengua un soneto y llevar a cabo una entrevista para poner al día este género literario que cumple cinco siglos en esta tierra. A lo largo de la mañana vendrán también la escritora colombiana Piedad Bonnett y el poeta uruguayo Rafael Courtoisie, ganador del XIV Premio Casa de América de Poesía Americana.
A la Alhambra no sólo se la recorre, también hay que oírla y escribirla. Y de eso trata el proyecto Navagero: de la síntesis de ese espíritu. Plasmados en una carpeta de lujo, se reunirán los sonetos manuscritos de los poetas más significativos a ambos lados del Atlántico, acompañados con una serie de serigrafías realizadas por el pintor granadino Juan Vida. La fase final del proyecto Navagero tendrá lugar en un congreso dedicado al soneto, en La Alhambra, el año 2026, justo cuando se cumplen cinco siglos del encuentro entre Boscán y el embajador veneciano.
Borges y el soneto
A la pregunta de la profesora Remedios Sánchez sobre lo que el soneto ha supuesto en su propia obra y en la concpeicón de la poesía, la escritora colombiana Piedad Bonnett contesta: «Aunque ya no rimemos, el sonido y el ritmo permanece. Me enseñaron a conocer el soneto. Aunque no lo tengamos en cuenta, lo tenemos interiorizado». No deja de lado la premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana la impronta de Pablo Neruda y Jorge Luis Borges en el desarrollo del género en América.
Para el uruguayo Rafael Courtoisie no cabe duda, el intercambio entre España y América es indiscutible en lo que al género respecta: «El soneto en Latinoamérica tiene una vigencia plena, gracias a los grandes maestros que lo trabajaron. Octavio Paz, el poeta mexicano, tiene un libro entero, un conjunto que se llama 'Homenaje y profanaciones' y también Jorge Luis Borges lo trabajó».
«Estando en Granada, tratando con él en cosas de ingenio y de letras...»
Juan Boscán describió el encuentro con el embajador Navajero, en la dedicatoria a la duquesa de Soma de sus composiciones, intituladas 'Las obras de Boscán y algunas de Garcilaso de la Vega'. En esas líneas, el poeta renacentista escribió: «Estando un día en Granada con Navagero, tratando con él en cosas de ingenio y de letras, me dijo por qué no probaba en lengua castellana sonetos y otras artes de trovas usadas por los buenos autores de Italia: y no solamente me lo dijo así livianamente, más aún me rogó que lo hiciere…». El hecho marcó un antes y un después. Garcilaso de la Vega, Góngora, Francisco de Quevedo, Lope de Vega, Miguel Cervantes y Federico García Lorca siguieron las prácticas recomendadas por el veneciano.
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