Solo 9 candidatos han optado al cargo de director del Museo Reina Sofía: un sonado fracaso

Iceta debía designar a su favorito entre la terna escogida por un comité de expertos, formado por Christophe Cherix, conservador jefe de Dibujo y Grabado del MoMA de Nueva York; Cuauhtémoc Medina, historiador del arte, crítico y escritor mexicano; la polaca Joanna Mytkowska, conservadora y crítica de arte; y las españolas Gloria Moure, historiadora del arte, crítica, comisaria y editora; y María Nicanor, comisaria de arquitectura, diseño y urbanismo.

Se reunieron la semana pasada en el Auditorio Nacional, donde entrevistaron a los cinco finalistas en la tercera y última fase del proyecto. Segade (La Coruña, 1977) fue el candidato que ha obtenido mayor puntuación en el proceso selectivo. «Lo primero que quiero dar es las gracias públicamente tanto al comité de expertos como al Real Patronato y al Ministerio de Cultura: estoy feliz y con muchas ganas de afrontar la tarea de ofrecer el mejor Museo Reina Sofía del que sea capaz«, declaró ayer el elegido tras conocer la noticia en el propio museo, en la gala de los premios Ojo Crítico 2023.

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Museo resituado

Jesús García Calero

En diciembre de 2007 tuvo lugar el primer concurso para dirigir el Museo Reina Sofía, siguiendo el Código de Buenas Prácticas. Entonces, se presentaron 29 candidaturas (22 de España, 3 de otros países de la Unión Europea, 2 de Estados Unidos, una de Iberoamérica y otra de Asia). El elegido entonces por el comité de expertos fue Manuel Borja-Villel, que sustituyó a Ana Martínez de Aguilar.

Quince años después, tan solo nueve personas (cinco de Iberoamérica, tres españoles y una de Italia) han optado al cargo. Un fracaso, teniendo en cuenta que es un concurso internacional y el principal museo de arte contemporáneo español. ¿Por qué tan poco interés?

Habrá influido que, según se deduce de sus bases, se buscaba a un especialista en cuestiones de género y el hecho de que Borja-Villel jugara al despiste hasta el último momento sobre si iba a presentarse o no. No ayudó.

El proceso para elegir al sucesor de Borja-Villel comenzó envuelto en una amarga polémica, por la traumática salida del dueño y señor del Museo Reina Sofía durante quince años. Sus últimos días fueron tormentosos. ABC informó de que sus dos renovaciones no se ajustaron a ley y hubo voces que criticaron su cercanía con Podemos. Solo entonces fue cuando anunció que no optaría a un nuevo mandato, tras varias semanas jugando al despiste.

Al tiempo, se impulsó un manifiesto anónimo en defensa del exdirector, secundado por cientos de firmantes. Cultura incluyó a dos de ellos entre los cinco expertos del comité encargado de elegir a los tres mejores candidatos. Iceta, responsable de la decisión final, tuvo que garantizar «al 143 por ciento» que el proceso sería imparcial e independiente.

La renovación se activó a mediados de febrero. Cultura estableció un plazo de treinta días naturales para la presentación de candidaturas, y a partir de ahí empezó la calificación de los candidatos, en función de su experiencia y su adecuación a requisitos como estar especializado en cuestiones de género y tener vínculos con grupos sociales. Desde el principio, se habló de mayo-junio como fechas previstas para concluir el concurso, pero el adelanto electoral ha cambiado el contexto.

Ayer, tres horas antes de que se celebrara el Patronato en el que el ministro Iceta comunicó el nuevo director, el portavoz de campaña del PP, Borja Sémper, pidió postergar la decisión a después de las elecciones del 23 de julio, para evitar un uso «torticero» de las instituciones en plena campaña. Según el principal partido de la oposición, hacer este nombramiento a mes y medio de las elecciones «es perfectamente legal, pero institucionalmente es chusco».

La renovación de la dirección del Reina Sofía coincide con la apertura, la semana pasada, del proceso para elegir al sustituto de Ana Santos en la Biblioteca Nacional de España. Este concurso, convocado con cierta prisa tras el adelanto electoral, se une a otros movimientos, como la dimisión de la directora del Instituto del Cine y las destituciones de dos subdirectores generales. Iceta está apurando nombramientos antes de que se celebren los comicios, pese a estar en funciones y se quede sin competencias.

En todo este tiempo, por cierto, medio centenar de salas del Museo Reina Sofía han permanecido cerradas por falta de vigilantes, pero eso no parece importarle a nadie.